dc.creatorSavino, Enrique
dc.creatorAnchezar, Benjamin
dc.date2019-10-24T15:32:29Z
dc.date2019-10-24T15:32:29Z
dc.date1939-12
dc.date.accessioned2023-08-29T20:05:54Z
dc.date.available2023-08-29T20:05:54Z
dc.identifier0370-3762
dc.identifierhttp://sgc.anlis.gob.ar/handle/123456789/1243
dc.identifier.urihttps://repositorioslatinoamericanos.uchile.cl/handle/2250/8518868
dc.descriptionFil: Savino, E. Instituto Bacteriológico. Departamento Nacional de Higiene; Argentina.
dc.descriptionFil: Anchézar, B. Instituto Bacteriológico. Departamento Nacional de Higiene; Argentina.
dc.descriptionHemos vacunado cavias con P. pestis de virulencia atenuada cepa (E. V- y Tjiwidej) por inoculación subcutánea de una suspensión de estas bacterias y luego hemos medido la resistencia a la infección pestosa por inoculación subcutánea de diferentes diluciones, en caldo, de peste virulenta que contenía 108 D. M. M. por ml. Aproximadamente el 30 % de los animales vacunados murieron durante el período de vacunación y continuaron muriendo después de ser inoculados con peste virulenta sin estar infectados con peste. En nuestros ensayos hemos observado que del 0 al 10,5 % de los animales vacunados con E. V. y del 13 al 42.8 % de los inmunizados con la cepa Tjiwidej murieron de peste al ser inoculados con distintas diluciones de una suspensión de peste virulenta. El resto sobrevivió a la infección pestosa no obstante haber sido inoculado con diferentes cantidades de peste que variaban entre 104 y 10s de D. M. M. El porcentaje de cavias sobrevivientes a la infección pestosa varió del 13.0 al 31.8 % para la cepa B. V. y del 14.2 al 26.1 para la cepa Tjiwidej. Estos hechos no dejan lugar a dudas de que tanto la cepa E. V. como la Tjiwidej confieren al cavia una gran resistencia contra la infección pestosa pero debemos recalcar el hecho que un 30 % de los animales mueren en el período de vacunación. Estas dos cepas provocaron en el tejido celular subcutáneo del cavia la formación de un nodulo mientras que las cepas avirulentas y no vacunantes no dan lugar a la formación de dicho nódulo. Por inoculación intraperitoneal al cavia de estas dos cepas sólo hemos observado la formación de granulaciones en el bazo cuando hemos empleado la cepa B. V. de Girard. La cepa de Otten, utilizada por nosotros no dio lugar a la formación de granulaciones en el bazo. Estos resultados concuerdan con el hecho que la cepa E. V. de Girard fué superior en su acción vacunante a la cepa Tjiwidej de Otten. En los cavias vacunados, después de inoculados con peste virulenta sólo nos fué posible revelar la existencia de esta infección por inoculación de sus órganos a cavias normales. En todos los casos el diagnóstico de peste lo hemos hecho por el aislamiento y reconocimiento del agente casual, mediante los métodos bacteriológicos descritos por nosotros y que usamos habitualmente para el diagnóstico de los animales muertos por infección pestosa.
dc.formatpdf
dc.languagees
dc.publisherInstituto Bacteriológico. Departamento Nacional de Higiene.
dc.relation#PLACEHOLDER_PARENT_METADATA_VALUE#
dc.relationSistema de Gestión del Conocimiento de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS)
dc.relationRevista del Instituto Bacteriológico del Departamento Nacional de Higiene
dc.relationRevista del Instituto Bacteriológico del Departamento Nacional de Higiene;1939;9(2):122-141
dc.rightsopen
dc.subjectVacunación
dc.subjectPeste
dc.subjectBacterias
dc.titleVacunación antipestosa experimental con bacterias vivas
dc.typeArtículo


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