dc.description | La creación de valor compartido es un concepto novedoso en la forma, aunque no necesariamente en el fondo, que aporta un enfoque muy interesante sobre cómo abordar la interacción entre empresas y sociedad a fin de alcanzar un beneficio mutuo.
En esencia, la CVC requiere de la identificación de estrategias que contribuyan al progreso económico y social de las comunidades donde las compañías llevan a cabo su actividad, favoreciendo al mismo tiempo la generación de valor económico y el aumento de competitividad. Estos aspectos marcan la diferencia con respecto a las formulaciones más tradicionales del concepto de responsabilidad social corporativa.
El sector energético ofrece enormes posibilidades para el desarrollo de estrategias de CVC, pese a que hasta el momento han sido exploradas aún de manera incipiente.
Con todo, las peculiaridades que caracterizan al sector inciden en la forma de implementar estas estrategias. Entre otras, cabe destacar las siguientes:
• La gran relevancia estratégica de la energía, con implicaciones a múltiples niveles –desde la política internacional hasta la experiencia cotidiana de la ciudadanía, pasando por la vinculación al desarrollo socioeconómico o la gestión de riesgos a escala local o regional–.
• El hecho de que muchas infraestructuras energéticas sean declaradas de “interés general” o “interés público” y/o estén planificadas a nivel nacional.
• La coexistencia de infraestructuras puntuales (centros de generación, instalaciones de extracción de combustibles fósiles o de almacenamiento) con otras lineales (transporte y distribución), que pueden abarcar decenas o centenares de kilómetros y cuyos impactos se difuminan en el territorio.
• La percepción social de las cuestiones energéticas y de las propias empresas del sector.
Los propios procesos de tramitación administrativa de los proyectos ofrecen oportunidades de mejora que pueden facilitar la creación de valor compartido. Se han identificado tres aspectos clave, que implican tanto a las empresas del sector como a la administración:
• Fomento de la cultura energética en el conjunto de la sociedad.
• Interacción con las partes interesadas: escucha activa y mediación.
• Mejora de procedimientos administrativos y enfoque empresarial más allá del permitting | |