dc.description | Cedido a Estados Unidos bajo los términos del Tratado de París al finalizar la guerra del 1898, Puerto Rico ha permanecido desde entonces como un territorio colonial. No obstante, a pesar de esta experiencia colonial, los puertorriqueños han logrado asegurar una representación olímpica nacional desde los años 1930 y a consecuencia de esto vigorosamente nutrir ideas nacionalistas. Al examinar cómo el movimiento olímpico se desarrolló en Puerto Rico, Antonio Sotomayor ilumina el profundo rol que los deportes juegan en el proceso político y cultural de una identidad desarrollada dentro de una tradición autonomista en vez de una tradicional independencia política. Principalmente, fue precisamente en el ámbito olímpico que los puertorriqueños encontraron formas de participar y mostrar su orgullo nacional, a veces usando sus mismas limitaciones coloniales –y el reclamo de valores democráticos estadounidenses– a su ventaja. Beneficiándose de una extensa investigación de archivos, tanto en la isla como en Estados Unidos, Sotomayor revela la historia de un pueblo que lucha escapar de la periferia colonial a través de los deportes y el nacionalismo, balanceando a su vez los beneficios y limitaciones de esa misma situación colonial. La colonia soberana demuestra las sorprendentes negociaciones que dieron vida a una soberanía olímpica en una nación colonial, un caso único en Latinoamérica, y usa el deporte olímpico como una vitrina para observar asuntos más amplios como construcción de nacionalidad e identidad, hegemonía, pos-colonialismo, diplomacia internacional, y relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica. | |