La organización barrial como centro de reencuentro social

dc.creatorNavarro S., Fernando
dc.date2010-03-01
dc.date.accessioned2023-08-08T20:21:34Z
dc.date.available2023-08-08T20:21:34Z
dc.identifierhttps://revistas.usfq.edu.ec/index.php/polemika/article/view/349
dc.identifier.urihttps://repositorioslatinoamericanos.uchile.cl/handle/2250/8068706
dc.descriptionEn el estricto sentido de la palabra, barrio, parroquia, aldea, caserío o recinto (término usado en la costa) no es sino un pequeño conglomerado humano que vive compartiendo los pequeños espacios que la marginalidad les ofrece, en conjunción de sus recursos, trabajo y facilidades sociales públicas y privadas. No existe un orden jerárquico preestablecido, ni una jefatura designada a dedo, más bien se establecen preferencias hacia los liderazgos que se destacan por su participación activa en los asuntos de la vida comunitaria y una prelación hacia ellos en las designaciones, ya sea para las elecciones democráticas, o las designaciones por encargo de tal o cual tarea. La autoridad religiosa copa todavía, en gran medida, las actividades de la comunidad relativas a la práctica de los ritos dogmáticos y de sus áreas coledañas, tales como la catequesis y las fiestas del santoral etc. La autoridad civil, de nominación democrática como la Junta Parroquial o la de nominación política como el Teniente Político, conviven en una forzada armonía, producto de la estructura jurídica obsoleta y que se origina en su concepción en la vieja práctica del reparto de privilegios, que le vuelve anacrónica a sus existencias.en-US
dc.descriptionEn el estricto sentido de la palabra, barrio, parroquia, aldea, caserío o recinto (término usado en la costa) no es sino un pequeño conglomerado humano que vive compartiendo los pequeños espacios que la marginalidad les ofrece, en conjunción de sus recursos, trabajo y facilidades sociales públicas y privadas. No existe un orden jerárquico preestablecido, ni una jefatura designada a dedo, más bien se establecen preferencias hacia los liderazgos que se destacan por su participación activa en los asuntos de la vida comunitaria y una prelación hacia ellos en las designaciones, ya sea para las elecciones democráticas, o las designaciones por encargo de tal o cual tarea. La autoridad religiosa copa todavía, en gran medida, las actividades de la comunidad relativas a la práctica de los ritos dogmáticos y de sus áreas coledañas, tales como la catequesis y las fiestas del santoral etc. La autoridad civil, de nominación democrática como la Junta Parroquial o la de nominación política como el Teniente Político, conviven en una forzada armonía, producto de la estructura jurídica obsoleta y que se origina en su concepción en la vieja práctica del reparto de privilegios, que le vuelve anacrónica a sus existencias.es-ES
dc.formatapplication/pdf
dc.formattext/html
dc.languagespa
dc.publisherPolémikaes-ES
dc.relationhttps://revistas.usfq.edu.ec/index.php/polemika/article/view/349/326
dc.relationhttps://revistas.usfq.edu.ec/index.php/polemika/article/view/349/468
dc.sourcePolémika; Vol. 1 Núm. 3 (2010)es-ES
dc.source2528-7796
dc.subjectorganización barrialen-US
dc.subjectreencuentro socialen-US
dc.subjectorganización barriales-ES
dc.subjectreencuentro sociales-ES
dc.titleLa organización barrial como centro de reencuentro socialen-US
dc.titleLa organización barrial como centro de reencuentro sociales-ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/article
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/publishedVersion
dc.typeArtículo revisado por pareses-ES


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