dc.contributorBautista Sanchez, Edwin Dwan
dc.contributorPulido Villalba, Ibeth Camila [0000-0002-8813-2360]
dc.contributorArias Suárez, Camila Andrea [0000-0002-0330-9885]
dc.contributorYory Les, Lorenzo [0000-0002-6878-0635]
dc.creatorPulido Villalba, Ibeth Camila
dc.creatorArias Suárez, Camila Andrea
dc.creatorYory Les, Lorenzo
dc.date.accessioned2022-09-29T15:08:10Z
dc.date.accessioned2023-06-05T15:01:20Z
dc.date.available2022-09-29T15:08:10Z
dc.date.available2023-06-05T15:01:20Z
dc.date.created2022-09-29T15:08:10Z
dc.date.issued2021
dc.identifierhttp://hdl.handle.net/20.500.12495/9125
dc.identifierinstname: Universidad El Bosque
dc.identifierreponame: Repositorio Institucional Universidad El Bosque
dc.identifierrepourl: https://repositorio.unbosque.edu.co
dc.identifier.urihttps://repositorioslatinoamericanos.uchile.cl/handle/2250/6643910
dc.description.abstractLa agresividad implica complejos procesos en los que se ven implicados una gran cantidad de estructuras y sustancias. Por medio de la búsqueda en bases de datos, se pretende describir elementos neuroanatómicos y neurobioquímicos asociados en esta conducta. Desde la neurobiología, se entiende la agresividad como reactiva, proactiva o violencia, a partir del contexto en el que se desencadena. El estudio de los componentes anatómicos involucrados ha permitido dilucidar algunos de los principales circuitos y centros anatómicos relacionados con su génesis. La corteza prefrontal, por su parte, ha demostrado desempeñar un rol fundamental en el control de aferencias límbicas provenientes de áreas como el hipotálamo y la amígdala al emitir respuestas en conjunto con otras estructuras subcorticales. Respecto a los factores neurobioquímicos, se describen y clasifican a partir de su función como estimulantes, inhibitorios y moduladores de la conducta agresiva independientemente de sus funciones en otros procesos. Se destaca el papel de neuropéptidos como la Orexina que se caracteriza por su regulación sobre el ciclo sueño-vigilia y las respuesta defensivas ante factores generadores de estrés. Otras sustancias, como el Óxido Nítrico, se distinguen por su influencia sobre otros sistemas y neurotransmisores. Por otro lado, la Dopamina, Serotonina y otras Monoaminas están implicados en los procesos asociados a los circuitos de recompensa. También, hormonas como la Oxitocina y la Testosterona, han demostrado poseer funciones neurotransmisoras importantes en la regulación de conductas impulsivas y agresivas. Por otra parte, se exploran elementos fisiopatológicos de algunos trastornos clínicos vinculados significativamente con conductas agresivas.
dc.languagespa
dc.publisherMedicina
dc.publisherUniversidad El Bosque
dc.publisherFacultad de Medicina
dc.rightshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
dc.rightsAcceso abierto
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccess
dc.rightshttp://purl.org/coar/access_right/c_abf2
dc.rightsAtribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
dc.subjectNeurobiología
dc.subjectAgresividad
dc.subjectNeurobioquímica
dc.subjectNeuroanatomía
dc.subjectComportamiento
dc.subjectNeurotransmisores
dc.titleAgresividad: Una revisión de neuroanatomía y neuroquímica


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