| dc.description.abstract | Las resinas compuestas continúan siendo el material más utilizado en la
práctica odontológica, esto debido a que la tecnología ha ido mejorando sus
propiedades mecánicas y ópticas, con el fin de lograr restauraciones altamente
estéticas y funcionales1,2,3
.
Las resinas compuestas tienen en su composición: una matriz orgánica con
mezcla de monómeros como Bis-GMA (Bisfenol-A- Glicidil Metacrilato),
TEGDMA (Trietilenglicol Dimetacrilato), UDMA (Dimetacrilato De
Uretano), HEMA (Hidroxietilmetacrilato), Bis-EMA (Bisfenol A Polietileno
Glicol Dieter Dimetacrilato), rellenos de carga como el sílice, cuarzo o vidrio
cerámico y un fotoiniciador como la canforquinona, BAPO (óxido de bisacil
fosfina) u otros, obteniendo así una clasificación: macrohibrido, microhibrido,
nanohibrido e hibridas, que varían la cantidad y el tamaño de sus
partículas2,4,5,6
.
Sin embargo, el aumento de la carga de relleno también determinó un aumento
de la rigidez y la tensión al fotopolimerizar. Por este motivo se dio paso a un
nuevo sistema de resina llamado “Bulk Fill, resina de relleno a granel o
monoincremental”, el cual se puede colocar en incrementos de 4mm,
reduciendo así el número de pasos clínicos y el efecto de contracción, además
de tener en su composición aceleradores de polimerización (ivocerina), por lo
que disminuye el tiempo de curado2,3,7
.
Debido a que las resinas son altamente estéticas, es la primera elección del
operador para restaurar las piezas dentarias, por lo tanto, continúa siendo una
preocupación la vida útil de estas. Se menciona que el éxito clínico de las
resinas, se debe al pulido final de la restauración, por consiguiente, es
recomendable obtener una superficie lisa y brillante adecuada3,8. | |
