dc.creatorGonzáles Verástegui, Alejandro
dc.creatorCaja Nacional de Seguro Social
dc.date.accessioned2021-01-26T12:08:52Z
dc.date.accessioned2023-05-30T21:21:10Z
dc.date.available2021-01-26T12:08:52Z
dc.date.available2023-05-30T21:21:10Z
dc.date.created2021-01-26T12:08:52Z
dc.date.issued1940-03
dc.identifierRevista de Informaciones Sociales. 1940; 4 (3).
dc.identifierhttps://hdl.handle.net/20.500.12959/1157
dc.identifier.urihttps://repositorioslatinoamericanos.uchile.cl/handle/2250/6452142
dc.description.abstractEl autor, Miembro de la Comisión de Prensa y Propaganda del "Instituto Cooperativo del Perú", informa sobre el beneficio de la instalación del cooperativismo en el Perú. Indica que la circunstancia de que en nuestro suelo no se hubiera ensayado el funcionamiento de las cooperativas de acuerdo con su técnica económica y financiera y aún más de su organización administrativa, era porque se requería de la educación y preparación del ambiente para que la instauración de la Central Nacional de Cooperativas, no fuera un obstáculo, ni mucho menos tenga resistencias en los intereses creados de organizaciones similares, o de carácter proteccionista del productor y del consumidor. Según el autor, la instalación de cooperativas en el Perú, tenía dos campos formidables: la protección a la clase media y la enorme masa de la población indígena del país. La clase media porque necesitan los medios de subsistencia, de trabajo, de industrialización, de fuentes de riqueza para fomentar su producción y porque se encontraba desamparada de todo sistema de previsión social. Necesitaba establecer un sistema propio de previsión social que no desequilibre los sistemas estatales. Por esos motivos requería de inmediato la organización de sus miembros en cooperativas de producción, de consumo y de crédito. Pero este punto de vista de la organización de las cooperativas de la clase media en los tres sistemas mencionados, no excluía en absoluto la creación de cooperativas especializadas, con sistemas dirigidos, planificados y racionalizados que podían comprender todas y cada una de las actividades del hombre. Respecto a la población indígena, sugiere la conversión de las comunidades indígenas en cooperativas indígenas, organizándolas según la situación topográfica de cada comunidad, la posesión de tierras, de ganados y su posible industrialización. Por ejemplo, si se dedican a actividades agrícolas podrían constituir cooperativas agrícolas con especialización en industrias derivadas de su trabajo. También menciona la existencia de comunidades Indígenas propietarias de Haciendas Mineras, que requerían la especialización de los indígenas mineros, y que esto sólo se podía hacer con la ayuda directa de una Cooperativa Minera Indígena, consiguiendo así la protección de la minería nacional. Las Cooperativas Indígenas además podrían organizarse dentro de la especialización de trabajo de la región. Informa que en determinadas regiones del país o casi en todas, cientos de hombres y mujeres se dedicaban a determinada industria, expresión de su sentido de cooperación que requería la inmediata protección del Estado para organizarse como Cooperativa de Producción Indígena. Por ejemplo, señala que en varios pueblos de la provincia de Jauja eran productores de calzado con materiales elaborados por ellos mismos en calidad de curtidores y zapateros. Finalmente, el autor señala que las fuentes económicas de nuestro país requerían de un cuerpo colegiado de personas especializadas y dedicadas, con voluntad libre de todo género de influencias, a la constitución del "Instituto Cooperativo del Perú", para impulsar el movimiento cooperativista en el país.
dc.languagespa
dc.publisherSeguro Social de Salud (EsSalud)
dc.publisherPE
dc.rightshttps://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccess
dc.subjectPlanificación estratégica
dc.subjectCooperativa
dc.subjectPerú
dc.titleLas cooperativas en el Perú
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/article


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