dc.description.abstract | desde que en 2008 se introdujera el concepto de nudge en el libro Nudge, que argumentaba que las pequeñas intervenciones basadas
en cambios en la arquitectura de elección pueden alterar el comportamiento de las personas y facilitarles el logro de sus objetivos deseados,
el uso de la economía del comportamiento en políticas públicas ha crecido significativamente, lo que ha llevado a la aparición de diferentes
intervenciones basadas en conocimientos conductuales. Estas intervenciones se han aplicado en distintas áreas de políticas públicas y administrativas,
incluyendo salud, finanzas, o medio ambiente, con el objetivo de promover el bienestar y abordar problemas sociales y económicos.
El uso de estas aplicaciones en cuestiones relacionadas con la violencia de género ha sido con frecuencia ignorado. De este modo, el objetivo
de este estudio es analizar el uso de herramientas de la economía del comportamiento en políticas públicas, como nudges, boosts o auditoría
de sludges y su aplicación a asuntos relacionados con este tipo de violencia. Al mismo tiempo que se señalan los posibles beneficios de su uso,
también se reconocen las limitaciones del enfoque conductual, apuntando a la necesidad de una aproximación multifacética para combatir
dicha violencia. Así, las políticas públicas que traten con violencia de género deben incluir el uso de herramientas conductuales junto con otras
estrategias relacionadas con la educación, la legislación y las normas sociales. // since the concept of “nudge” was introduced in 2008 by Thaler and Sunstein, proposing that small interventions based on changes
in choice architectures can alter people’s behavior and make it easier for them to achieve their desired goals, the application in public policy of
behavioral economics has gained significant attention. This has led to the emergence of different types of policies based on behavioral insights,
which have been used in a variety of areas, including health or finance, with the goal of promoting well-being and addressing social and economic
issues. After providing a basic theoretical background as a frame of reference to understand gender violence, this study explores the use of tools
from the field of behavioral economics as it is applied in public policy. Regulatory (paternalistic) and non-regulatory (libertarian) interventions
based on behavioral insights will be considered: nudges, boosts, shoves, budges, or sludge audits, are examined as potential interventions to use
in matters related to this type of violence. After evaluating these behavioral policy instruments and their potential effectiveness, the limitations of
the behavioral perspective are recognized, and the need for a multifaceted approach to combating gender violence is acknowledged. The article
concludes by arguing that public policies addressing gender violence should not only utilize behavioral tools but should also incorporate strategies
related to education, legislation, and social norms. | |