dc.description.abstract | Netflix ha supuesto una revolución en todos los aspectos de la industria televisiva. La creación del binge model (que alienta, con el estreno simultáneo, el visionado seguido de sus series) es uno de ellos. Esta investigación atiende a la estructura narrativa de sus series con la finalidad de comprobar si esta novedad en la fórmula de estreno ha tenido algún impacto en el diseño de sus productos.
Desde sus orígenes, la serialidad se ha relacionado con la distribución escalonada de los episodios. Para retener al espectador durante las esperas, esta práctica narrativa definió recursos para despertar la expectación del público y, a su vez, diseñó las entregas con entidad y contención argumental. Con el fin de apelar a audiencias masivas y controlar los procesos productivos, aparecieron fórmulas canónicas y patrones estructurales que llevaron a la estandarización y la creación de los formatos. Cuando el medio televisivo implementó la serialidad, replicó estos mismos principios. La regularidad en la emisión diaria o semanal de sus series (productos con tramas autoconclusivas que se abren y cierran en un mismo episodio) y seriales (historias con continuidad fragmentadas en bloques narrativos) desembocó en formatos estables y duraderos como la sitcom, la soap opera o, más recientemente, el drama serializado. Claramente identificables por sus duraciones, tonos, estructuras internas, personajes, etc., cada proyecto procuraba la familiaridad del espectador con la obra, el formato y, finalmente, con las prácticas de la televisión lineal en su conjunto. La consolidación de HBO, a finales de la década de los noventa, pese a romper con algunos de los parámetros de estas fórmulas tradicionales, no alteró el tiempo de espera entre un episodio y el siguiente. El estreno semanal mantuvo aquellos patrones que garantizaban la entidad narrativa del episodio y la regularidad con la que aparecían los elementos característicos del relato [...] | |