| dc.description.abstract | En el contexto actual, en especial en localidades pequeñas como la de Uranga
(ubicada en la Provincia de Santa Fe), existen variedades de microemprendimientos
que involucran la manipulación de alimentos, los cuales se han incrementado en los
últimos años. En un recorrido por los mismos he observado que los manipuladores
de alimentos no cumplen con las normas básicas de higiene y buenas prácticas de
manipulación, por lo que considero de vital importancia el proceso de capacitación,
ya que la falta de control (por la ausencia de una dependencia para tal fin) suele ser
moneda corriente en este lugar. En este sentido, considero a la capacitación sobre
buenas prácticas de manipulación de alimentos, como un mecanismo de
mejoramiento personal y como un proceso de formación en el ámbito laboral, el cual
beneficia a los comercios alimenticios y a toda la población en su conjunto, haciendo
que la misma cuente con trabajadores y trabajadoras capaces de enfrentar y
resolver situaciones cotidianas donde se ponen en riesgo la calidad de los alimentos.
Los riesgos se ven relacionados con factores o características, externas o internas
dentro de un comercio, que hacen que aumenten las probabilidades de que un
individuo sufra de una enfermedad transmitida por alimentos (ETA) y sus causas
pueden estar asociadas a un contaminante físico, químico o biológico. Dichos
factores, deben ser identificados y analizados para generar conciencia; y así brindar
los conocimientos necesarios a los manipuladores, como una herramienta eficaz y
como principal medida preventiva. | |
