dc.description.abstract | Si bien la investigación es abundantísima, dada la cantidad de países y a su vez institutos que tienen
disponibilidad económica para llevar a cabo estas prácticas y sin contar los diversos intereses en torno a
la manipulación genética, ¿no existe una previa reflexión por parte de las autoridades estatales y organismos
de contralor, con respecto a qué hacer con los datos genéticos obtenidos; si debe modificarse el
código genético; si se garantiza la confidencialidad de los datos obtenidos; si viola la libertad y la privacidad?
Surge como evidente que los argumentos de los que se valdrán las autoridades estatales serán los de
“prevención de enfermedades” entre otros, pero el resultado es uno sólo y a todas luces: “UN CONTROL
PRESUNTAMENTE JUSTIFICADO EJERCIDO SOBRE EL GENOMA HUMANO”.
La información resultante del análisis completo del genoma humano, en la medida que revela los más
recónditos secretos del ser humano, no debe estar a disposición incondicional de la autoridad gubernamental.
Deberá justificarse fehacientemente la necesidad de su uso, y accionar con reserva.
Existe un valor supremo, que deberá primar y perpetuar a lo largo de las sucesivas generaciones: la
dignidad del hombre. | |