| dc.description.abstract | Los psicofármacos (en especial las benzodiacepinas) registran utilización creciente e involucran riesgos de uso irracional. En el año 2006 según el Ranking COFA de ventas de medicamentos cuatro Benzodiacepinas se encontraban entre los veinticinco medicamentos más vendidos de la Argentina en el siguiente orden: Alprazolam (4° puesto), Clonazepam (10° puesto), Bromazepam (18° puesto) y Lorazepam (24° puesto).
La psicofarmacología se ha desarrollado prácticamente en el último medio siglo. Hasta comienzos de la década del ’50 la posibilidad de utilizar drogas específicas para el tratamiento de las enfermedades mentales no era considerada. Las medicaciones de ese entonces sólo tenían efectos sedativos inespecíficos. A partir de estos desarrollos desde la última década del siglo XX se ha generado una profunda re-conceptualización sobre el tratamiento de las enfermedades mentales que aún hoy en día está en pleno proceso de desarrollo. Las investigaciones sobre el consumo de medicamentos permiten evaluar el uso racional de los mismos, la adecuación de su prescripción según categorización diagnóstica y la realización de agrupamientos de pacientes a modo de screening para luego establecer estrategias de seguimiento focal.
Los psicofármacos en general constituyen un recurso importante para la atención de trastornos mentales, habida cuenta de los beneficios que su inclusión en los tratamientos ha traído a los mismos. Asegurar la accesibilidad y el uso racional de los mismos para la población es una acción fundamental dentro de los Programas de Salud Mental. Desde la Gestión de los Sistemas y Servicios vinculados a la Salud Mental la capacitación y supervisión de los tratamientos así como el seguimiento de los grupos vulnerables es una tarea que, llevada a cabo con compromiso y calidad, permitirá la reducción de las barreras de inequidad ambientales y culturales.
La búsqueda del cuidado integral de la salud orientado hacia la equidad constituye un vector que dirige y sostiene las políticas públicas sanitarias en la República Argentina. Estudiar el perfil de consumo de benzodiacepinas en poblaciones vulnerables constituye un recorte adecuado a los objetivos de esta Tesis de Maestría en cuanto circunscribe el evento a describir, la población objetivo y el período de tiempo considerado (año 2006). La Dirección Nacional de Prestaciones Médicas dependiente del Ministerio de Salud de la Nación Argentina tuvo a su cargo durante 2007 la ejecución del Programa Federal de Salud (PROFE), cuyo objetivo es brindar cobertura médico integral a los beneficiarios de pensiones no contributivas otorgadas por la Comisión Nacional de Pensiones Asistenciales dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. El Programa Federal de Salud (PROFE) y la posibilidad de que población de bajos recursos y alta carga de morbilidad accedan a una cobertura gratuita y sin topes acorde a sus necesidades, no limitándose a la asistencia médica, es posible en virtud de la decisión política. Tener en cuenta los factores económicos, ambientales y culturales en este Programa incluye brindar el acceso a los medicamentos e insumos al 100% de cobertura para que la escasez de recursos económicos no sea limitante en la prosecución de un tratamiento, en especial aquellos vinculados a la Salud Mental que requieren de consideraciones específicas.
Se decidió realizar entonces un estudio descriptivo de utilización de benzodiacepinas en población ProFe CABA las cuales suelen estar indicadas en los trastornos de ansiedad (entre otros diagnósticos) los cuales son de alta prevalencia en la consulta externa de medicina general, con el riesgo concomitante de uso crónico y abusivo de las mismas.
Las benzodiacepinas, suelen ser consumidas sin el adecuado control e indicación médicas constituyendo el principal grupo de abuso de drogas lícitas. Su uso inadecuado, no sólo produce un gasto innecesario, sino que además genera un riesgo para la salud de la población que debe ser detectado y subsanado. Algunos reportes refieren que este uso inadecuado triplica la indicación correspondiente a la DDD (Dosis Diaria Definida) para estos medicamentos. La adecuada caracterización de su uso, por tanto, permitirá identificar la magnitud de este problema.
Describir su uso permitirá asimismo, aportar datos a la cuantificación de la prevalencia de las patologías asociadas a su prescripción en un universo tan atípico como son los beneficiarios del PROFE (Programa Federal de Salud para personas que perciben Pensiones no contributivas - PNC).
En esta línea se orienta esta Tesis de Maestría que incorpora aportes de la Gestión en Salud Mental, el desarrollo de Políticas Públicas, la Psicofarmacología y la Farmacoepidemiología.
Cabe destacar que diversos datos de esta Tesis corresponden a una investigación macro realizada en conjunto con otros profesionales de Salud Mental referida al estudio de la utilización de psicofármacos en general en población PROFE de la Ciudad de Buenos Aires. Para el desarrollo de la misma se recurrió al estudio y sistematización de las recetas dispensadas en el período 2006 de todo el padrón referido del PROFE.
A través del análisis del uso de determinados psicofármacos seleccionados, se produjo un caudal de información que superó el relato anecdótico y se constituyó en una valiosa herramienta de gestión y vigilancia epidemiológica, favoreciendo el uso adecuado de los recursos públicos y fundamentalmente la mejora de la cobertura y calidad asistencial. La historia clínica farmacológica (HCF) quedó caracterizada como una herramienta necesaria y de relevancia creciente en una eficiente Gestión de Servicios de Salud Mental dado que cada vez más consultas generales derivan en prescripciones de psicofármacos. Este instrumento de gestión una vez sistematizado permitirá delimitar un perfil de consumo de psicofármacos, en este caso de ansiolíticos y poder detectar posible abuso de benzodiacepinas, evaluar interacciones con otros medicamentos y pertinencia de prescripción según diagnóstico. El contacto indirecto con los afiliados, a través del seguimiento de la HCF puede facilitar la detección de patologías tanto mentales como clínicas en etapas tempranas y favorecer la programación de estrategias de intervención dentro del programa y del Sistema de Salud en general siendo éste un aporte a destacar | |
