dc.description | El Lago de Valencia, situado en Venezuela entre los estados Aragua y Carabobo, se encuentra entre las ciudades de Valencia y Maracay, importantes centros urbanos e industriales de elevado crecimiento en las últimas décadas. Las aguas residuales y desechos provenientes de las actividades domésticas, industriales y agrícolas de la zona, llegan al lago mediante sus efluentes y las escorrentías y atentan contra la calidad de las aguas del lago y la biota que contiene. Los estudios más importantes realizados en la zona, que datan de finales de los años 80’s (Mogollón [28]), señalaron el enriquecimiento de los sedimentos de fondo del lago con los metales Zn, Cu, Pb y Cr, y pocos estudios aportan información sobre el contenido de trazas de metales pesados, disueltos en sus aguas y presentes en la biota, debido a limitaciones de la sensibilidad de las técnicas analíticas empleadas. En este trabajo se analizó el contenido de trazas metálicas de Cd, Cr, Cu, Ni Hg y Pb disueltas en las aguas y tejido de peces capturados en el Lago de Valencia, durante el semestre noviembre 2009-mayo 2010. Asimismo, se estudiaron las variaciones espaciales y estacionales en la composición de dichas muestras durante el año 2009-2010, dando continuidad al trabajo de Palma [11], y al proyecto CDCH-PG-03-00-6495-2006. El análisis químico se realizó mediante ETAAS y CV-AFS, y la data obtenida fue analizada empleando análisis de agrupamiento y de correlaciones múltiples Los resultados mostraron que el contenido de los metales disueltos en las aguas, no supera los valores máximos especificados en la norma EPA [8] para aguas dulces, y en los decretos nacionales 3.219 [24] y 883 [40], por lo que son aptas para el uso de riego y recreación contemplados en estas normativas, que las clasifican como aguas Tipo 2, Sub-tipo 2B. Por otra parte, la concentración de los metales mostró variaciones estacionales, observándose una disminución de la concentración de todos los elementos desde el mes de junio 2009, atribuyéndose al incremento del pH que ocurre en la época de lluvias. También se determinó que la concentración de los metales disueltos en las aguas del lago, muestra homogeneidad espacial, entre estaciones de muestreo y dentro de la columna de agua, a consecuencia del continuo mezclado de las aguas. Este mezclado es casi total para el mes de enero. El promedio anual de las concentraciones de los metales disueltos en las aguas del Lago de Valencia fueron las siguientes: Cd 0,06 μg L-1, Cr 0,86 μg L-1, Cu 0,57 μg L-1, Hg 0,08 μg L-1, Ni 1,96 μg L-1 y Pb 1,18 μg L-1. Las correlaciones significativas obtenidas entre el Pb con el Cd, Cu, Ni y Hg, indicarían su introducción conjunta al cuerpo de agua mediante una fuente y vehículo común. Las principales actividades antrópicas que aportan estos metales son de tipo agrícola (empleo de fertilizantes y pesticidas) e industriales (metalúrgicas, baterías y uso de gasolinas) las cuales se desarrollan en la zona y cuyos desechos llegan al lago mediante los principales tributarios: ríos Caño Central y Los Guayos al oeste, Güigüe al sur, Guey y Tipitapa al este, y Guacara y Mariara al norte. Por otra parte, la concentración de los metales en el hígado de peces fue superior que en el músculo, donde las concentraciones de Cd y Cu no superaron los valores máximos permitidos contenidos en las normas COVENIN 1087 [25] y 1766 [26] y en el Codex Alimentarius [27], y las de Cr y Ni no pudieron compararse, ya que no están especificadas en dichas normas. Sin embargo, las concentraciones de Hg obtenidas en músculo (0,25-0,39 mg Kg-1), sobrepasaron el valor máximo permitido por la norma COVENIN 1087 (0,10 mg Kg-1), y las de Pb (1,1-1,7 mg Kg-1) sobrepasaron el valor máximo establecido en el Codex Alimentarius (0,3 mg Kg-1), así como los indicios de bioacumulación de Hg y Cr, determinados en algunos ejemplares de peces, de acuerdo al factor de bioacumulación (FBC), muestran que el consumo de los peces del Lago de Valencia representa un riesgo para la salud humana. Las diferencias entre los patrones de agrupamiento y correlaciones obtenidas en el músculo e hígado de peces, y en el agua, sugiere que el principal aporte de los elementos en la dieta de estos peces depredadores, no es el agua, sino el zooplancton y los sedimentos suspendidos en el agua. | |