dc.description | En la guerra de Malvinas lucharon alrededor de 14 mil combatientes en las trincheras, el aire y el mar. También en la posguerra, los sobrevivientes pelearon otras batallas desde otras trincheras. En el continente, se convirtieron en combatientes de las guerras contra el silencio, la incomprensión, los sentidos del conflicto y las propias marcas de una experiencia a veces difícil de significar. Para esas batallas, en ocasiones, buscaron a sus compañeros de las islas, aquellos con quienes habían compartido los momentos más límites de cotidianeidad con la muerte en el archipiélago malvinense. En la posguerra, muchos ex-combatientes de Malvinas se reencontraron, contuvieron, conformaron espacios para recordar la guerra y luchar por sus derechos, a la vez que continuaron y/o resignificaron los lazos afectivos construidos al calor de la batalla. Esta tesis aborda la posguerra de un grupo de ex-combatientes en particular: los integrantes del Apostadero Naval Malvinas. Luego de compartir el trabajo de estiba de los buques, la vida bajo bombardeo y las guardias nocturnas en los muelles de Puerto Argentino, los civiles y militares de la Armada que formaron esa unidad logística, volvieron a reunirse una vez que los cañones callaron, y continúan encontrándose aun hoy en las reuniones de camaradería anuales que realizan cada 20 de junio. ¿Por qué se reencontraron luego de la rendición? ¿Qué marcas de la guerra y posguerra pueden explicar la pervivencia de los vínculos construidos en las islas? A lo largo de la tesis, reconstruyo las experiencias de posguerra de los conscriptos, suboficiales y oficiales del Apostadero Naval Malvinas desde el regreso al continente hasta el presente (1982-2013), con el objeto de comprender la persistencia de los lazos afectivos configurados en esa experiencia extrema. Se trata de explorar la reconfiguración y resignificación de la identidad social fundada en las islas a lo largo de la posguerra, y la construcción de cierto sentido compartido sobre el conflicto en cada contexto histórico y según los “otros” con los que se vincularon, dialogaron u opusieron. En los procesos de (re)configuración de esa identidad social y memoria grupal, los silencios que los ex-combatientes del Apostadero tuvieron que combatir, aceptar a regañadientes y/o asumir a lo largo de los 30 años de la posguerra fueron puntos de referencias esenciales e ineludibles. | |