dc.creatorArmando, Adriana
dc.date2022-08-27T19:31:58Z
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dc.date2020-12
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dc.date2020-12
dc.date.accessioned2022-10-14T20:09:00Z
dc.date.available2022-10-14T20:09:00Z
dc.identifier2591-569X
dc.identifierhttp://hdl.handle.net/2133/24261
dc.identifierhttp://hdl.handle.net/2133/24261
dc.identifier.urihttps://repositorioslatinoamericanos.uchile.cl/handle/2250/4296829
dc.descriptionAlfredo Guido y Nicolás Antonio de San Luis fueron viajeros infatigables: sus desplazamientos y residencias estimularon reflexiones y obras, así como sociabilidades y posicionamientos; en sentido inverso, también algunos de esos aspectos guiaron movimientos y definieron localizaciones, de modo que los itinerarios de cada uno respondieron a dinámicas e interacciones particulares. El temprano viaje de Alfredo Guido a países andinos se gestó a la par de un ideario americanista que tradujo, en imágenes, una experiencia cultural diversa; el periplo europeo posterior no constituyó un viaje de formación en sentido estricto ya que su trayectoria previa lo tornó de mayores incumbencias profesionales, aunque estudio y observación también integraron su agenda; los recorridos por las provincias del país y particularmente sus regulares visitas a Córdoba y a las sierras enlazan con su disposición hacia la naturaleza y con una intensa sociabilidad. El derrotero de Nicolás Antonio se inició de niño con el desplazamiento familiar desde Sicilia a San Luis; su vocación artística lo condujo a Buenos Aires primero y a Europa después, cuando ya había visitado buena parte de las provincias del centro y el norte del país. La sensibilidad hacia el mundo rural con sus costumbres y sus creencias, la adquisición de conocimientos múltiples y la construcción de vínculos sólidos con artistas y escritores fueron constantes de su vida, sostenidas y diversificadas con cada movimiento y en cada permanencia. Inmersos en Buenos Aires, Madrid, Córdoba o Rosario, estos artistas desplegaron una actividad significativa, transitando esas ciudades y sus cercanías de modo independiente; no se trató de recorridos conjuntos sino de coexistencias casuales. Aunque con trayectorias diferentes y seguramente proyectos estéticos también diversos, ambos recalaron en Buenos Aires ante la posibilidad de realizar estudios programáticos de arte y más tarde, en 1924, un evento español los reunió y los proyectó ante otro público y otra crítica. Madrid entonces, a través del V Salón de Otoño, fue una instancia importante en el marco de un itinerario europeo que definieron según las circunstancias y las expectativas de cada uno. Al cabo de unos años, ya en nuestro país, Córdoba resulta un común denominador para intersectar la obra de los dos artistas. En 1928 Nicolás Antonio se radicó en la capital de la provincia y fue parte indisociable de ese medio artístico, de sus talleres y escuelas de arte, de sus cenáculos y revistas. Y en ese mismo año Guido, que regularmente se trasladaba a las sierras cordobesas, donde dibujaba y pintaba, produjo con ese paisaje una extensa serie de aguafuertes, contraparte de la que en 1923 dedicó a Bolivia. Finalmente, Rosario en 1937 fue el último puerto donde ancló Nicolás Antonio; ciudad que lo acogió con afecto y admiración hasta su muerte, al tiempo que entorno de su más destacada labor profesional. Ángel Guido valoraba tanto la obra como los conocimientos y la personalidad de Nicolás Antonio, de modo que posibilitó la nueva radicación del escultor al tiempo que afianzó una amistad duradera. Desde 1932 su hermano, Alfredo, se había instalado en Buenos Aires para ejercer el cargo de Director de la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova y desplegar desde ahí una intensa labor, aunque seguía visitando a Rosario, donde había dejado marcas ineludibles. Sin duda, como Alfredo Guido y Nicolás Antonio de San Luis, muchos artistas compartieron desplazamientos, escenas urbanas y artísticas que no sólo incluyeron los imprescindibles centros de formación europeos o los destinos suramericanos, sino que hicieron de muchas ciudades y rincones del país sitios donde estudiar, enseñar, crear, desplegar sociabilidades, participar de sus instituciones e imaginarse en cada nueva instancia.
dc.descriptionFil: Armando, Adriana. Centro de Investigaciones del Arte Argentino y Latinoamericano, Universidad Nacional de Rosario.
dc.formatapplication/pdf
dc.languagespa
dc.publisherFacultad de Humanidades y Artes. Escuela de Bellas Artes
dc.relationhttp://ciaal-unr.blogspot.com/
dc.relationhttps://drive.google.com/file/d/1sb1nUsq_oWjDEtYcPe73QMJoRppR9Lwm/view
dc.rightshttps://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es
dc.rightsUniversidad Nacional de Rosario.Facultad de Humanidades y Artes. Escuela de Bellas Artes
dc.rightshttps://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es
dc.rightsopenAccess
dc.subjectAlfredo Guido
dc.subjectNicolás Antonio
dc.subjectAmericanista
dc.titleDos artistas y algunos recorridos: notas sobre Alfredo Guido y Nicolás Antonio de San Luis
dc.typearticle
dc.typeartículo
dc.typepublishedVersion


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