Tesis
Contribución al conocimiento del querandinense en el partido de Magdalena, Buenos Aires
Autor
Siracusa, Alfredo
Institución
Resumen
En el presente trabajo a través de los perfiles y sus descripciones, podemos ver que en el
partido de Magdalena el Querandinense se ha depositado en general en costas libres y
expuestas a las corrientes y mareas de mar abierto, como lo demuestran los limos areno
arcillosos color gris verdosos con restos de moluscos de conchas gruesas, y sobre todo los
restos Pecten tehuelchus d’Orb, propio de lugares libres marinos.
Están representados también en los cortes los depósitos Querandinenses correspondientes a
pequeños estuarios y a lagunas costeras con aguas estancadas o semi-estancadas (marismas,
albuferas, lagunas costeras producto de inundaciones por grandes crecientes marinas, etc.)
Como ejemplo de un estuario amplio rellenado por estos sedimentos en parte tenemos el que
formaban el río Salado y el Samborombón actuales, cuyos actuales cauces corren sobre lo que
fue una amplia bahía de poca profundidad, que fue siendo rellenada por los limos finos
arcillosos que traían las aguas de los antecesores de esos ríos antes mencionados. Cerca de
la actual boca hallamos un máximo de unos ocho metros de esos sedimentos Quernadinenses.
En el arroyo JuanBlanco, Cañada de Arregui, Cañada La Andaluza, hallamos otro tipo de
sedimentos Querandinenses representados por limos fuertemente arcillosos con granos
pequeños de sílice, de color verde claro a té con leche, con restos casi exclusivos de Erodona
mactroides Daud, molusco de aguas en poco movimiento, y también hallamos restos de
vegetales en posición vertical en el sedimento y en bastante buen estado de conservación la
sustancia orgánica, estos vegetales son casi siempre ciperaceas. Estos limos representan una
sedimentación en aguas estancadas o muy resguardadas de las corrientes marinas, en las
cuales las partículas arcillosas se depositaron sin estratificación notable. La presencia en estos
sedimentos de concreciones limoníticas representan la fijación de la misma por bacterias que
fijaban el hierro de esa manera alrededor de raíces y de tallos sumergidos.
Los restos mas notables de esta ingresión están representados por los bancos de conchilla. En
estos debemos distinguir dos series pertenecientes a dos distintos pisos, para determinar la
edad relativa de estos bancos debemos basarnos en el proceso que se realiza actualmente en lugares de la costa donde las condiciones físicas son iguales o muy semejantes a las que
reinaban entonces en la zona que nos ocupa.
Si nosotros analizamos los procesos de la ingresión vemos que este se puede realizar de dos
formas: por hundimiento continental o por elevación del nivel de las aguas de los mares,
generalmente producido por derretimiento de grandes masas de hielos de las calotas polares y
de los grandes campos de hielo, como consecuencia de un aumento general de la temperatura.
Para el caso no vamos a entrar a discutir este punto pues entraríamos a rebatir opiniones de
otros autores que aseguraban que durante la ingresión Querandinense la temperatura había
sufrido un marcado descenso. Nosotros consideraremos que las aguas invaden el continente.
Estas aguas durante el periodo transgresivo construyen albardones pequeños que las mismas
olas van destruyendo, de modo que durante ese período es imposible que se formen los
cordones. Podemos poner como ejemplo el actual estuario del Plata en el cual las arenas se
acumulan formando bancos que en las mareas ordinarias permanecen a pocos centímetros de
la superficie del agua, sino por el contrario nivelan el sedimento que queda siempre con un
pequeño buzamiento hacia las aguas mas profundas.
Ahora bien, la deposición de los grandes cordones comenzó a partir del alcance máximo que
tuvo la ingresión y allí en esa costa más profunda se acumularon por efecto del oleaje y el
viento los restos de moluscos en capas intercaladas mas o menos con capas de arenas y
rodados. Este primer cordón que se depositó durante la ultima faz de la ingresión marina es el
mas antiguo y pertenece como todos los sedimentos de la ingresión al piso Querandinense.
Luego de este período y después de un breve periodo de quietud comenzó la regresión marina
entrando en los tiempos Platenses y quedó en seco este cordón (al referirnos al cordón lo
hacemos en el sentido de considerar este como una sola faja a lo largo de todas las costas
afectadas por el proceso, y que tenían igual cota). Al quedar en seco este cordón se formó una
nueva línea de costas y se depositó otro banco con una cota general inferior en la altura con la
precedente, perteneciendo ya este otro cordón al piso Platense.
En estos bancos a lo largo de las costas se pueden determinar un sincronismo por la posición
relativa que ocupen contando como más antiguo el que hoy se halla mas tierra adentro. Cada
uno de estos albardones debiera ser continuo a todo lo largo de la costa pero por la erosión
que los ha afectado, generalmente por causa de los cursos de agua que los atravesaron se
hallan cortados y disminuidos en muchas partes.
La acumulación y extensión de la ingresión podemos interpretarla en mucho de sus efectos con
el sencillo cuadro que acompañamos al final.
El subyacente es en todas las partes perforadas o vistas directamente en los canales, el piso
Ensenadense que se presenta en forma de un limo loesoide color chocolate a pardo oscuro,
muchas veces con tosquilla suelta o formando bancos de tosca muy dura. Este mismo
Ensenadense forma casi todas las barrancas de la antigua costa, teniendo estas en muchos
lugares en su en su parte superior restos de loes marrón rojizo o café oscuro con pequeñas
toscas redondeadas más blancas, del Bonaerense. El Ensenadense se presenta también como
un pequeño espesor (veinte a cuarenta centímetros) de limo arcilloso coloreado de verde muy
intenso y amarillo.
La cobertura del Querandinense está representada casi siempre por los cordones del Platense
formados por bancos de conchilla o por cordones arenosos. Entre las hondonadas formadas
por los cordones mas antiguos y muchas veces cubriendo a los del Querandinense
encontramos un loes marrón claro con pequeñas tosquillas, cuya edad por ahora no queremos
precisar pues puede ser Platense –contemporáneo a los cordones mas modernos-,
Cordobense, Quequense, o posiblemente loes removido de las altas barrancas, este problema
trataremos de resolverlo en trabajos posteriores. Como ejemplo de este loes tenemos los
perfiles de las canteras de la Corcemar en Pipinas y los de Canteroni y Cía, en Cañada la
Andaluza.
En los arroyos y ríos sobre un cauce mas amplio labrado en el Querandinense se encuentra un
relleno arcilloso mas moderno color oscuro, generalmente PostPlatense, este mismo relleno se
encuentra sobre las pequeñas barrancas de la costa en ascenso del Río de la Plata. Otras
veces hallamos el querandinense recubierto por el humus actual. En muy pocas oportunidades
es aflorante directamente y ello ocurre en las pequeñas barrancas de la costa del estuario, y
también lo vemos en los cortes artificiales de los canales donde se puede hacer un
reconocimiento preciso de este de este piso.
El alcance de la ingresión es de hasta quince kilómetros en Pipinas, en Punta piedras se
reduce a dos kilómetros y en el amplio estuario que formaban las cuencas de los ríos Salado y
Samborombón el alance de la ingresión ha sido mucho mayor pasando de aguas marinas a
pantanos y esteros de aguas levemente salobres y allí es donde posiblemente hallemos la
transición del Querandinense con el Lujanense.
El Querandinense ocupa en la escala cronológica un lugar importante como integrante de la
baja terraza postpampiana.
En los sedimentos Pampianos hubo después de la sedimentación de los limos Ensenadenses
un período del Bonaerense. Luego se produjo un proceso erosivo intenso en la formación
Pampiana que labró grandes y amplios cauces. Siguió un descenso continental que inauguró el
período postpampiano, durante el cual se produjeron grandes precipitaciones que inundaron
las partes bajas de la llanura formando grandes lagunas y pantanos en los cuales se
sedimentaron los sedimentos del Lujanense que conservan restos grandiosos de una rica
fauna mamalógica, cuyos rastros se encuentran por doquier en la extensa llanura y siempre en
las partes bajas conocidas como bajas terrazas pampianas.
Prosiguió el descenso continental, o aumento del nivel oceánico, y el mar comenzó a invadir las
partes bajas costeras introduciéndose en los cauces de ríos y arroyos y cubriendo también
sedimentos depositados en los pantanos de las bajas terrazas pertenecientes al Lujanense. En
cierto modo son sincrónicos la parte inferior del Querandinense con la superior del Lujanense,
pues mientras se seguía sedimentando el Lujanense el mar iba invadiendo el territorio costero
y depositando sedimentos del Querandinense. Como se trata de dos pisos depositados durante
un período general oscilatorio es imposible establecer un límite preciso entre ambos,
debiéndose considerar por comodidad el Querandinense como inmediatamente más moderno
que el Lujanense. En cuanto a las faunas de mamíferos han pasado muchos restos de la fauna pampeana que vivió en el Lujanense al Querandinense si bien ya en este han desaparecido
completamente.
Si observamos en ciertos lugares clásicos donde se estableció la división entre Lujanense
palustre, Querandinense marino y Platense Palustre, se ve el encimamiento de los tres pisos,
pero en el panorama general no existe una división tan neta. Son los tres integrantes
principales de las bajas terrazas pampianas.
En cuanto a las faunas características para el Querandinense la malacológica es muy mala
justamente por su abundancia y porque los moluscos de un piso pasan al otro casi sin
diferenciación notable. Pero las faunas de mamíferos es una buena indicadora. Restos de la
fauna Lujanense pasan a este piso en forma de restos de Toxodon platensis, varias especies
de Gliptodontoideos, etc. mezclados ya con especies más modernas. El Platense en cambio se
halla desprovisto de restos de fauna pampiana siendo esta sustituida por géneros modernos de
la fauna actual.