dc.description.abstract | Actualmente, la salud pública enfrenta diversos problemas económicos, sociales y
políticos cuya solución quizás demore varias décadas. Sin embargo, quizás uno de sus principales
inconvenientes sea resuelto muy pronto gracias al avance de la ciencia. Es de conocimiento
público el aumento de patologías infecciosas en las cuales los antibióticos han dejado de ser
efectivos (CAPITULO 1, SECCIÓN 1.3), ya que los microorganismos causantes desarrollan
fácilmente resistencia a ellos. Esto se debe a la enorme capacidad de adaptación bacteriana
(CAPITULO 1, SECCIÓN 1.4).1
En este contexto, se hace imprescindible la investigación básica sobre alternativas que
puedan aplicarse a corto plazo en el tratamiento rutinario de este tipo de afecciones. Según
estudios previos, la Terapia Fotodinámica Antibacteriana (PACT por sus siglas en inglés) sería una
opción interesante (CAPITULO 2, SECCIÓN 2.1) ya que demuestra causar rápidamente la muerte
bacteriana, evitando el desarrollo de resistencia. Este tratamiento requiere de un
fotosensibilizador (CAPITULO 2, SECCIÓN 2.2) que al ser irradiado se activa de alguna manera y
provoca el daño celular. Una de las formas por las cuales la PACT logra su eficacia es interviniendo
en el equilibrio redox de las bacterias, el cual es desbalanceado rápidamente por el estrés
generado (CAPITULO 1, SECCIÓN 1.6). Este proceso lleva a la oxidación de macromoléculas
bacterianas que son de vital importancia (CAPITULO 9, SECCIÓN 9.3). Una vez que éstas son
dañadas, la recuperación celular es irreversible y se desencadena la muerte de forma rápida, lo
que no permite la adaptación por parte del microorganismo.2 | |