Artículos de revistas
Ontología, gnoseología y teología, tres estadios de la metafísica
Fecha
1978Registro en:
0036-4703
Autor
Marimón Batlló, Ricardo
Institución
Resumen
Si el aristotélico "ser en cuanto tal" pudiera ser visto por el entendimiento humano en la real y completa razón de su ser, él sólo bastaría como objeto de la metafísica. Para el entendimiento divino su "ser" infinitamente perfecto es suficiente para constituir el objeto único de su metafísica. Pero como los seres sensibles que son el objeto propio del entendimiento humano no tienen en sí mismos la razón completa de su ser, ninguno de ellos puede constituirse en objeto adecuado de la metafísica humana. Estos seres sensibles, como cualesquiera otros seres limitados, muestran en sí mismos un panorama ontológico —el de su "ser en común" (ens commune)— con una referencia al Ser infinitamente perfecto —el. Primer Ser (Primuni Ens)—, indicándonos que el mundo metafísico es más amplio que el que ellos solos nos presentan. Por consiguiente, ninguno de ellos, ni todos ellos juntos, pueden constituir el objeto único de nuestra metafísica, y nos vemos obligados a enfocar, finalmente, al Primer Ser, para llenar la razón de ser reclamada por los entes limitados de nuestro mundo. El Primer Ser será, por supuesto, el término de nuestra metafísica, pues contiene en sí mismo toda perfección entitativa y toda razón de ser. Afirmamos con Aristóteles que el estadio "teológico" es el último para el conocimiento humano 1, y que el estadio "ontológico", —el que se ocupa del ser físico hallado por el entendimiento del hombre en el mundo sensible—, es el primero de nuestra ciencia metafísica…