Artículos de revistas
Realidad y transrealidad de la obra de arte
Fecha
1980Registro en:
0036-4703
Autor
Balzer, Carmen
Institución
Resumen
La crisis de la cultura contemporánea, perceptible en todos los dominios, también en el del arte o de las "bellas artes" si acudimos a una expresión ya superada, ha conducido a la creación artística, en lo que ella exige de siempre nuevo y original, a un verdadero "callejón sin salida". En efecto, el arte, por el cual entendemos aquella actividad humana mediante la cual el hombre produce obras nuevas y originales, que deleitan los sentidos y simultáneamente pueden comunicar una visión más profunda de las cosas y del mundo, siempre debe responder a inquietudes que brotan de una determinada situación histórica. Hoy este arte parece haber agotado sus recursos, y ya no encuentra nada nuevo que "decir". Los así llamados movimientos de vanguardia que Ortega y Gasset ha identificado con "arte deshumanizado", "arte abstracto", "arte nuevo" o "arte joven", tal vez con la intención de subrayar su aspecto de radical intelectualismo por un lado, y su coincidencia con el advenimiento de una nueva generación por el otro, no hacen más que girar alrededor de sus fundamentos creativos que datan de 1913, cuando Marcel Duchamp expone su famosa rueda de bicicleta, y de 1916 que marca la aparición del Arte Dada. Hemos de señalar que los estudiosos de la vanguardia artística no la hacen remontar cronológicamente más allá del último cuarto del siglo pasado. Los primeros indicios se perciben en la cultura romántica que, en sí misma, suponía la disolución de la tradición clásica. La vanguardia artística adquiere así el sentido de un auténtico descubrimiento, pero no de algo ya existente, aunque velado, sino de algo que es creación...