Artículos de revistas
Los "humanismos" y el humanismo cristiano
Fecha
1980Registro en:
0036-4703
Autor
Caturelli, Alberto
Institución
Resumen
En el ario 163, segundo del Imperio del estoico Marco Aurelio, era Prefecto de Roma otro filósofo estoico, maestro del Emperador reinante, de nombre Junio Rústico. Ante ellos fue denunciado, al parecer por un pseudo filósofo corrompido, Justino poco después mártir de Cristo. Justino, hijo y nieto de paganos, por su educación refinada y por propia voluntad era un digno representante de la paideia griega, el equivalente aproximado de la humanitas latina. Esto equivale a decir, utilizando el término moderno, que Justino era un miembro vivo del humanismo antiguo para el cual la formación del hombre suponía el desarrollo de la totalidad de las potencias del hombre concreto. Llama la atención que sus captores, Marco Aurelio y Junio Rústico —filósofos los dos— fueran, también, representantes de la humanitas tan morosamente analizada por Cicerón en De oratore. Ninguno de los dos se conmoverá ante el martirio de su colega. Porque, en efecto, Justino lo era no solamente por su cultura sino porque había seguido la filosofía de Platón 1y conocía a fondo todas las doctrinas filosóficas de aquel momento. Su conversión al Cristianismo, lejos, de apartarlo de las fuentes greco-latinas de su formación, s e las hizo ver con mayor claridad y su admiración por Sócrates y la muerte del maestro, no es ajena a su fe cristiana. Llevado ante el prefecto Rústico, éste le interroga y, ante la negativa de Justino de creer en los dioses, le pregunta: "¿Qué doctrina profesas?"; a lo que Justino responde: "He procurado tener noticia de todo linaje dé doctrinas; pero sólo me he adherido a las doctrinas de los cristianos, que son las verdaderas”…