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Vida del espíritu : III la obra del espíritu. La cultura o humanismo
Fecha
1978Registro en:
0036-4703
Autor
Derisi, Octavio Nicolás
Institución
Resumen
En busca de su Fin divino, el hombre crea su mundo propio:
la cultura o humanismo.
El hombre, sólo él por el espíritu, está en posesión lúcida del ser trascendente e inmanente por la inteligencia, y en posesión de este mismo ser,
por su libertad.
Abierto, por su espíritu inteligente y libre, al ser o bien trascendente
sin límites, el hombre aparece ordenado, como a su Aleta o Fin 'último de su
vida; al Ser o Bien infinito de Dios. El hombre está esencialmente herido de
Dios. En esta apertura de su espíritu a la Trascendencia divina descubre que
es un ser finito hecho para el Bien infinito. Unicamente la posesión de este
Bien infinito puede conferirle la actualización o plenitud de su ser y curarlo'
así de la mencionada herida.
Entre este terminus a quo de su ser finito, específicamente espiritual, y el
terminus ad quem del Ser o Bien infinito de Dios, Fin o instancia suprema
de su ser y de su vida, el hombre descubre el camino de su enriquecimiento
humano, la norma moral de su conducta, que lo dirige hacia aquella Meta
divina definitiva, más allá de la vida presente. Y con su inteligencia y libertad
el hombre está capacitado y obligado a conformar su conducta con esa norma
moral, para aproximarse así más y más a su Fin trascendente divino y conseguir su acrecentamiento específico.
Mediante el descubrimiento del orden moral, el hombre descubre también
el orden jurídico, político y social, para lograr, con su cumplimiento, los medios
para su adecuado perfeccionamiento o plenitud humana.
Tal esfuerzo de la persona humana para encaminarse en busca de la consecución de su último Fin y, con El, la actualización de su vida y de su ser
humanos, da origen a un mundo nuevo, el mundo propio de la persona humana:
la cultura...