Artículos de revistas
Conocimiento y causalidad
Fecha
1985Autor
Sacchi, Mario Enrique
Institución
Resumen
Resumen: I. Conocer el conocer Toda investigación filosófica sobre el conocimiento acude permanentemente al principio de causalidad. Explicar qué es el conocimiento, cuál es su origen
y adónde se ordena, o sea, indagar acerca de la temática propia de esa investigación es, precisamente, determinar las causas del conocimiento. Más todavía:
la misma especulación en torno al conocer no es sino dar cuenta de las causas
que llevan al filósofo a inferir sus conclusiones al respecto, pues, de lo contrario, de no estipularse las causas de aquello averiguado en este examen, no sólo
no se conocería el conocimiento, sino que el expreso intento del filosofar emprendido con tal propósito culminaría en el fracaso.
Estas premisas nos ponen en sobreaviso en derredor de la parca jerarquía
de las teorías que enfocan el conocimiento como un mero hecho, como algo
puramente dado y verificable. El hecho del conocimiento, por más hecho de
que se trate, no pasa de ser eso: un hecho, el cual de suyo solamente dice estar
allí instalado en una dimensión fáctica manifestada con alguna evidencia
ante quien la toma en consideración; pero nada más, porque lo dado, el hecho,
es apenas un testimonio mudo. Se lo capta como dado, como algo situado
frente a aquél que registra su presencia y, sin embargo, fuera de esa magra
presencia, nada nos revela con relación a la compleja trama en él escondida.
Del hecho del conocer, entonces, únicamente podrá aseverarse esto : helo ahí.
Cualquier otro abundamiento acerca de él nos recabará superar la primitiva
instancia de lo fáctico para remontarnos al conocimiento de las causas y de los
principios que más íntimamente lo constituyen y que le permiten aun exhibir
una exteriorización fáctica.