Artículos de revistas
La naturaleza como principio de racionalidad
Fecha
1986Registro en:
0036-4703
Autor
Sanguineti, Juan José
Institución
Resumen
Resumen: 1. La naturaleza física y sus razones
La naturaleza es un principio intrínseco de movimiento y - de operaciones
de las cosas materiales. El mundo físico, el' mundo de la naturaleza, es un
conjunto 'organizado de seres que espontáneamente se comportan según leyes
precisas .y unívocas. Los eventos naturales, como la lluvia, el granizo o un
terremoto, se producen por sí mismos, en virtud de fuerzas subyacentes a las
cosas. Algo ocurre "naturalmente" cuando resulta de la misma estructura de
las cosas. En el mundo físico, todo lo que sucede es natural (exceptuando los
milagros), no guiado —de manera próxima— por un principio voluntario. Los
eventos "pasan" porque tienen que pasar, porque la naturaleza predetermina
necesariamente que ocurran así, supuestas ciertas condiciones.
Esta especie de rigidez inapelable y anónima con que la naturaleza actúa
y se impone al hombre, le guste o no, puede parecer a veces como un peso
para la vida humana, para las veleidades de la pereza o para las ansias de
una libertad ilimitada.* Pero cuando el hombre comprende, no sólo científica
sino sapiencialmente, que la naturaleza física de la que él forma parte tiene
un fondo íntimo de bondad, entonces la realidad material deja de aparecer
como agresiva y, al contrario, se manifiesta como colaboradora de la existencia
humana en lo que ésta tiene de más esencial. El mismo hecho de que la
naturaleza se imponga al hombre significa que existe una ley de la realidad
trascendente al ser humano. El hombre nace en un mundo ya hecho, constituido por leyes irreformables a las que debe plegarse. Se comprende por
qué la filosofía natural ha sido normalmente un punto débil del idealismo,
ya que el idealismo tiende a subyugar la naturaleza en las manos del espíritu. Es necesario penetrar a fondo en la bondad metafísica de la naturaleza,
aun cuando ésta actúe según leyes que como tales son indiferentes a los
deseos particulares del hombre (con un ejemplo sencillo pero de valor general, un día resulta soleado o lluvioso con total independencia de los intereses
humanos).