dc.creatorMosto, Marisa
dc.date.accessioned2022-03-28T11:05:36Z
dc.date.accessioned2022-09-29T16:42:04Z
dc.date.available2022-03-28T11:05:36Z
dc.date.available2022-09-29T16:42:04Z
dc.date.created2022-03-28T11:05:36Z
dc.date.issued1995
dc.identifierMosto, M. Cultura y libertad [en línea]. Revista Valores en la Sociedad Industrial. 1995, 13 (32). Disponible en: https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/13695
dc.identifier0326-3398
dc.identifierhttps://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/13695
dc.identifier.urihttp://repositorioslatinoamericanos.uchile.cl/handle/2250/3794023
dc.description.abstractResumen: El sábado del hombre y la cultura La libertad interior —la libertad de libre albedrío—, es una propiedad de la naturaleza humana que necesitamos conquistar permanentemente. Esta afirmación que de buenas a primeras puede resultarnos paradójica, se clarifica cuando distinguimos la libertad como posibilidad virtual, de uso efectivo. Y este uso tiene sus condiciones. Para entender cúales son las condicioes a que nos referimos, es necesario clarificar nuestro concepto de libertad. ¿Qué es la libertad? Etienne Gilson trata este tema con gran lucidez en un capítulo de su obra "El espíritu de la filosofía medieval"'. Allí señala el desatino de la interpretación de la libertad como "posibilidad de optar bien o mal " , cuando la esencia de la libertad es anterior a la opción. La libertad es, dice este autor, "una cualidad de la voluntad como órgano de la causalidad eficiente propia del hombre". Decir que el hombre es libre significa afirmar que es él la causa de sus actos. Los seres no libres son más bien, actuados, movidos por causas externas o internas a ellos (como el instinto en los animales); su actividad es una reacción en gran medida previsible, a una pasión previamente sufrida. Obran de acuerdo a un movimiento de estímulo-respuesta que sigue la línea de su naturaleza. El hombre puede " detener" este movimiento, intervenir en el proceso del devenir y dar un rumbo a su obrar que surge de él mismo como centro de iniciativa libre. En un segundo momento podemos calificar de buena o mala la dirección dada a nuestro comportamiento, pero no es esto lo que define a la libertad sino más bien el poder del hombre de decidir la orientación de su actividad. El hombre puede hacerlo y porque simplemente puede hacerlo decimos que es libre. Este poder es testimonio de la dignidad del ser humano —por la cual es llamado "persona"— y a la vez lleva anexo un gran riesgo. Por él, el hombre tiene su vida en las manos: puede tomar las riendas de su existencia y darle un rumbo que responda a sus intereses profundos, pero también puede optar por una dirección equivocada arrastrando la frustración y devastación de sus posibilidades más ricas y de las de aquellos que de alguna manera dependen de su proceso de crecimiento.
dc.languagespa
dc.publisherPontificia Universidad Católica Argentina. Centro de Estudios de la Sociedad Industrial
dc.rightshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
dc.rightsAcceso abierto
dc.sourceRevista Valores en la Sociedad Industrial. 1995, 13 (32)
dc.subjectCULTURA
dc.subjectLIBERTAD
dc.subjectLIBRE ALBEDRIO
dc.subjectNARCISISMO
dc.subjectFILOSOFIA
dc.titleCultura y libertad
dc.typeArtículos de revistas


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