Artículos de revistas
El fracaso ontológico del yo trascendental
Fecha
1987Registro en:
0036-4703
Autor
Sacchi, Mario Enrique
Institución
Resumen
Resumen: 1. La modernidad de la temática del yo
El pensamiento moderno ha incorporado a su tratamiento un tema de peculiares
características que se hallaba del todo ausente en la especulación científica
tradicional: el yo. Igual a lo ocurrido en muchos otros aspectos concernientes
a la evolución del pensamiento de nuestra época, esta incorporación
se expandió con notoria, complacencia por parte de numerosos autores que rápidamente
la hicieron suya sin preocuparse mayormente en dar cuenta de los
fundamentos sobre los cuales apoyaron sus simpatías hacia este asunto tan
novedoso como complejo. En efecto: frente al lógico interrogante que surge
cuando se plantea el problema de precisar qué es el yo, las teorías que lo han
puesto en circulación en la lexicografía filosófica comienzan a mostrar el sentido
constantemente conflictivo de sus enunciados, y así la proposición de la
temática del yo nace con todas las manifestaciones propias de las nociones oscuras,
carentes de principios robustos y enmarcadas dentro de un clima signado
por la vulnerabilidad de aquello arbitrariamente postulado.
No hace falta aclarar que este preludio sobre el tema del yo nos revela
la obvia preeminencia de la necesidad de echar luz en derredor de la primera
pregunta que nos asalta ante su consideración: ¿qué es el yo? He aquí una
inquietud que no puede ser postergada, pues es imposible avanzar en el análisis
acerca de dicho objeto si previamente no se da una expeditiva solución a tal
encuesta. Pero es exactamente en este momento cuando la solidez de las doctrinas
amigas de la temática del yo exhiben sus máximas dificultades al denunciar
la debilidad yacente en el fondo de sus razonamientos, porque hoy ya no
es una incógnita que tales doctrinas no han logrado conciliar o armonizar sus
elucubraciones con la postulación de un objeto del intelecto filosofante cuyas
condiciones como objeto del entendimiento están muy lejos de sustentarse en
evidencias indesmentibles que garanticen su constitución como sujeto del saber
filosófico.