dc.description.abstract | Resumen: e. Ubicación de la prudencia en el conocimiento práctico
Hemos visto antes que la inteligencia especulativa procede del hábito natural
del Intellectus, que sin esfuerzo aprehende los primeros principios del ser, al
hábito adquirido por la repetición de los actos, de la Ciencia, que saca las conclusiones
más determinadas, pero siempre universales; y de ésta baja a las conclusiones
concretas "per reflexisonem ad phantasma", de los hechos singulares.
Todo este desarrollo se realiza en el arden teorético (cfr. 1, n. 3 de este trabajo).
En cambio, la inteligencia práctict4 se inicia con el hábito natural de la
Sinderesis, que aprehende sin esfuerzo el bien moral y los primeros principios
del mismo, como "hay que hacer el bien y evitar el mal" "no debe perjudicarse
al prójimo?' y otros evidentes por sí mismos.
A la Sinderesis sigue el Consejo, que investiga los medios para lograr ese
bien.
Al Consejo sigue el hábito intelectual del Juicio que juzga sobre esos medios
si SO2 conducentes o no y en qué medida para lograr el fin.
Estos tres grados de la inteligencia práctica permanecen en el plano especulativo
(Cfr. el n. 3 de este trabajo).
Y luego viene la ciencia estrictamente práctica de la prudencia,' que aplica
a la acción de las virtudes morales esos medios adecuados para ajustarlos a su
bien, en el justo medio o medida, es decir, entre los dos extremos, o mejor,
entre los dos excesos pernticiolsos. | |