dc.description.abstract | Resumen: Es frecuente, en la historia del pensamiento, hallar autores que dan por
sentado que la fe (entendida como fe religiosa, es decir, como la libre aceptación
de una revelación divina), debe necesariamente enfrentarse al saber humano
(entendido ya como ciencia, conocimiento metódico de los fenómenos de la
naturaleza, ya corno filoksiofía, conocimiento racional de las causas y principios del
ser de las cosas).
Este supuesto proviene generalmente de un desconocimiento de, al menos,
uno de los términos de esta pretendida oposición, que lleva a desvalorizarlo en
beneficio del otro. O bien se exalta la fe, minimizando la validez de la razón
y se incide así en fi deístrto, o bien se sobrevalora el poder de la razón, menospreciando
la fe y se cae en racionalismo.
Los hechos demuestran que el planteamiento mismo de la oposición es erróneo.
Hay innumerables casos de científicos y filósofos eminentes que no sólo
han profesado una fe profunda sino que han realizado (no siempre de modo
igual) una síntesis de su saber y de su fe, sin desmedro de la una ni de la otra.
Uno de esos casos, por diversos aspectos notables, es el de Filón de Alejandría,
pensador judío contemporáneo de Jesús de Nazareth y de sus apóstoles.
La versión argentina dé sus obras, realizada en Buenos Aires hace más de un
decenio (y, al parecer, desconocida por los especialistas europeos y norteamericanos)
nos perniite adentramos cómodamente en el pensamiento de un filósofo
imbuido de sabiduría griega que dedicó su vida a la meditación y exposición
de la Biblia. | |