Artículos de revistas
La eudaimonía y las bienaventuranzas
Fecha
1994Registro en:
0036-4703
Autor
Ritacco de Gayoso, Graciela
Institución
Resumen
Resumen: En un libro reciente, A. MacIntyre' señala que la unidad de la virtud cobra sentido
si se piensa en. la vida como una unidad que se pueda evaluar como un todo.
No podría estar ausente de la vida virtuosa, concebida como la consistencia y apoyo
mutuo de todos los rasgos positivos que la componen, armoniosamente conjugados,
la realización altruísta, sin antagonismos respecto de los bienes ajenos, cuando la
excelencia personal se corresponde e integra perfectamente, dentro de un plan común,
con los fines perseguidos por los demás. Esta interpretación rescata uno de
los aspectos en los que la ética de la antigüedad gustó detenerse: la elección de un
modo de vida, centrada en aquello por lo que la vida cobra sentido. Sin embargo
persiste incierta la resolución del dilema de cuál sea la forma más adecuada de obtener
la felicidad, meta indiscutible del hombre.
Por otro lado, el TÓROC clásico acerca de los diversos Vol. (vida voluptuosa,
activa o contemplativa), por los que puede optar cada uno de nosotros, es el marco
de referencia en el que se inserta el tratamiento tomista de la bienaventuranza.
La formulación comprenhensiva de las bienaventuranzas resulta un verdadero núcleo
central de la vida cristiana. La conjunción, en la formulación más corriente
de la ética cristiana —la tomista—, de un esquema interpretativo afín a la ética pagana,
requiere la mostración de una serie de pasos sucesivos, que hicieron posible
dicha interpretación.
La originalidad de este artículo apunta a señalar los eslabones que dieron lugar
a la asimilación-de la problemática eudaimonista en la interpretación del Sermón
de la Montaña. Mencionaré a continuación los aspectos relevantes que -serán expuestos
en el cuerpo del artículo.