Artículos de revistas
Santo Tomás de Aquino en el magisterio de la iglesia
Fecha
1998Registro en:
0036-4703
Autor
Ponferrada, Gustavo Eloy
Institución
Resumen
Resumen: Los personajes que figuran en la historia de la cultura son los que no sólo han
producido obras relevantes, sino que han tenido un influjo en la posteridad. Sin detenernos
en el campo del arte y restringiéndonos al ámbito de la filosofía, es obvio
que los pensamientos de Aristóteles, de San Agustín, de Descartes o de Kant han tenido
una notable pervivencia a través del tiempo.
Sin embargo, en éstos, como en tantos otros casos, se trata no de la integralidad
de sus doctrinas, sino de una orientación general o de algunas de sus posiciones significativas.
Hoy no se hallarían quienes sostuviesen todas las conclusiones del aristotelismo,
del agustinismo, del cartesianismo o del kantismo. Pero en el caso del tomismo,
durante siete siglos los seguidores de Santo Tomás han profundizado, defendido
y aplicado todas sus ideas y sus conclusiones teológicas y filosóficas con la
sola excepción de algunos temas tangenciales referentes a las ciencias naturales de su
época.
Se trata de un caso único que importa subrayar. No se puede dudar que este hecho
se debe a la solidez de la doctrina; de otro modo sería inexplicable. Sin embargo,
no se puede soslayar el apoyo que ha tenido el tomismo en el magisterio de la Iglesia.
Sin duda, las cuestiones filosóficas no entran en el ámbito directo del magisterio
eclesiástico. La Iglesia tiene otra núsión: la de anunciar a los hombres un mensaje de
salvación, proporcionándoles los medios sobrenaturales para alcanzarla. Pero este
mensaje, que es objeto de la fe y no del saber humano, debe hacerse con un lenguaje
asequible al hombre. La fe, aunque de por sí trasciende a la inteligencia humana, debe
formularse en términos inteligibles.