“La gestión del clima escolar en los estudiantes de séptimo de las I.E.D. Moralba Suroriental y Leonardo Posada Pedraza, desde la cátedra de la paz”
Registro en:
instname:Universidad Libre
reponame:Repositorio Institucional Universidad Libre
Autor
Garcia Lamus, Claudia Janneth
Ramirez Bernal, Gloria Consuelo
Institución
Resumen
Uno de los objetivos fundamentales dentro del ámbito educativo es el establecimiento de ambientes propicios para al desarrollo de una cultura de paz y sana convivencia, que permitan a los niños, niñas y jóvenes desarrollar habilidades y destrezas para fortalecer sus relaciones intra e interpersonales, acorde a sus necesidades y al contexto donde éstos se relacionan.
La construcción de una cultura de paz, entendida, como una “serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas, los grupos y las naciones”1, es tarea no solamente de la escuela sino de la ciudadanía en general. En tal sentido, diversas organizaciones internacionales, nacionales y locales, se han comprometido en el desarrollado de estrategias que contribuyan a su fortalecimiento. Quizás una de las que ha tenido mayor impacto en el ámbito educativo es la UNESCO2 cuya preocupación esencial es fomentar el respeto por los derechos humanos, la justicia, la ley y las libertades individuales a través de la educación, la ciencia y la cultura y por supuesto trabajar por la construcción y consolidación de una cultura de paz en el mundo.
A largo de los últimos treinta años, esta organización ha fortalecido los programas y proyectos encaminados a asegurar el acceso a la educación básica, dentro del marco de los acuerdos de la Educación para todos (EPT), es así, como en el Foro Mundial sobre la Educación, realizado en el 2015 en Incheon (República de Corea), se ratificaron los compromisos adquiridos por las diferentes naciones del mundo, entre ellas, Colombia, para asegurar que todo niño
1 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. Resolución A/52/13 DE 1998.
2 UNESCO. Portal de la Organización de las Naciones Unidad para la educación, la ciencia y la cultura. [en línea], citado en Febrero 24 de 2018. Disponible en www.cinu.org.mx
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y joven pueda adquirir el conocimiento y las habilidades necesarios para vivir dignamente, desarrollar su potencial y contribuir a la sociedad como ciudadanos mundiales responsables, lo mismo que proporcionar oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida, de modo que puedan seguir creciendo y desarrollándose. En este sentido, Delors3, afirma que frente a los numerosos desafíos del porvenir, la educación constituye un instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social, por lo cual es imperioso trabajar en una educación para la paz y el desarrollo sostenible a nivel mundial.
Es importante, resaltar que la educación tiene una función social, en la que se reconoce a los estudiantes como seres humanos y sujetos activos de derechos dentro diferentes contextos, así mismo, se señala la responsabilidad de la educación como un compromiso entre el Estado, la sociedad, la familia y las comunidades educativas, que promueva la formación e interiorización de valores humanos pertinentes a las necesidades del siglo XXI, por lo cual se contempla la educación en y para la paz, la convivencia y la ciudadanía.
Por otra parte, la Constitución Política de Colombia, en el artículo 67, contempla que “la educación es un derecho y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, la ciencia, la técnica y a los demás bienes y valores de la cultura, de tal forma que se forme a los niños y jóvenes en el respeto a los derechos humanos, la paz y la democracia, para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente”4. Así mismo, en el artículo 22 se establece que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento En este sentido la educación para la convivencia y la paz se convierte en una prioridad para el Ministerio de Educación Nacional, por lo que se han reglamentado
3 DELORS, Jacques. La educación o la utopía necesaria. En la educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI. Francia: Santillana, Ediciones Unesco, 1996. p. 7.
4 REPUBLICA DE COLOMBIA. Constitución Política de Colombia 1991.
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una serie de lineamientos tendientes a su fortalecimiento al interior de las instituciones educativas, cabe mencionar, la Ley 115 de 1994 o Ley General de Educación, Plan Decenal de Educación 2006-2016, la Ley 1620 de 2013 o Ley de Convivencia Escolar y la más reciente, la Ley 1732 de 2014 a través de la cual se establece la Cátedra de la Paz, con el fin de fortalecer una cultura de paz en Colombia a través de la escuela, que permita la reflexión y participación de la comunidad educativa y a su vez mitigar los efectos de las diferentes problemáticas que viven los niños y jóvenes, de tal manera que se mejoren día a día sus relaciones interpersonales dentro y fuera del contexto escolar 5.
Así pues, la educación para la convivencia y la paz se convierte en un reto para las instituciones educativas, entre ellas las I.E.D Moralba Suroriental ubicado en la localidad San Cristóbal y Leonardo Posada Pedraza de la localidad de Bosa, de la ciudad de Bogotá. La población que estudia en estas instituciones, presenta varias problemáticas entre las que se pueden destacar: familias desestructuradas, con problemas de drogas o alcohol, conflictos de pareja, desempleo o empleo informal, las precarias condiciones económicas (los estudiantes pertenecen a familias de estrato 1 y 2), bajo nivel educativo, algunos víctimas de desplazamiento, la movilidad entre ciudades o localidades, las presiones e influencias de los pares entre otras (*).
Lo anterior lleva a que las relaciones que se establecen entre los niños y niñas en estas instituciones hayan mostrado desconocimiento cotidiano del derecho a la diferencia, manifestando altos niveles de agresividad que se expresan en un número importante de situaciones como: las agresiones físicas tales como empujar o pegarle a alguien, agresiones verbales, entre las cuales cabe destacar insultar, amenazar, tratar mal o meterse con alguien, malos tratos y faltas de respeto, entre otras, que interfieren en el desarrollo de una sana convivencia. En este sentido, para tener un diagnóstico de la situación de los estudiantes que en el 2017 se encentraban en el grado séptimo, se realizó una revisión de diferentes documentos en cada una de estas instituciones, entre los cuales están: El P.E.I, los observadores del estudiante y una encuesta de convivencia realizada por los docentes del área de Ciencias Sociales del colegio Leonardo Posada Pedraza (jornada tarde) en el 2015.