dc.description | La demanda del deporte está incrementándose en todos los países a nivel mundial. La literatura de gestión deportiva hace hincapié en variables que pueden determinar el consumo de productos y servicios deportivos. En este caso, la calidad y el valor de los servicios deportivos, así como, la satisfacción con estos, son variables decisivas para que los consumidores sigan comprando, ya que la calidad en los servicios se mide por la respuesta o percepción del cliente frente a la relación entre lo que recibe y lo que espera (Millán Caballero, Santana Lugones y Escoriza Martínez, 2016). Por tanto, hablar de mercados y servicios es imposible hacerlo sin tener en cuenta a los clientes o usuarios. En ocasiones, se idean y diseñan servicios antes de identificar al cliente, creyendo que una buena campaña de marketing y comunicación, atraerá la atención de aquellos que estén interesados y se puedan captar (Perea, 2013). Para mayor efectividad, los mercados estables realizan segmentaciones para entender mejor al consumidor, donde lo ideal es la combinación de diferentes segmentaciones (Alexandris, Douka, Papadopoulos, y Kaltsatou, 2008). Cabe anotar que las variables comportamentales son decisorias para la compra de servicios (Bouchet, Bodet, Bernache y Kada, 2011), porque con estas se pueden identificar también, diferentes grupos de población. Por lo demás, es importante tener en cuenta el perfil sociodemográfico, dado que permite caracterizar los tipos de clientes. Los antecedentes investigativos refieren que la edad y el género, tienen alta incidencia al momento de elegir actividades deportivas. Aspectos como la diversión, competición, estética corporal, hacer amigos y el reconocimiento social, además de la salud, son los motivos de práctica más importantes, dónde los hombres prefirieron la diversión y la competición, mientras que las mujeres dan prioridad a la salud y la estética corporal como las razones más importantes para la elección de actividades deportivas (Casas, 2004). | |