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La belleza como un acto de piedad
Fecha
1998Institución
Resumen
Sólo es posible la ética para un ser inigualable, excepcional, asombroso, de padre y muy señor mío, que se entretiene en lo inútil. Lo mismo le ocurre al arte. Para hacer versos y rimas, pintar el agua y el aire, grabar el alma en la piedra o componer serenatas y tocarlas por la noche cuando la luna argentada asoma por la arboleda, es preciso hacer un alto y desatender lo útil.