article
Ética médica en la práctica actual de la medicina
Fecha
2003Institución
Resumen
A brief analysis is made on the deterioration of medical practice today due to the introduction of mercantilist institutions as major and mainly profit-oriented intermediaries between patients and physicians. Face to this deterioration, it is asserted and strengthened again that the essence of both medical vacation and the physicians' work in particular, as for any and all professions in the field of health, is serving the human being under the inspiration of individual-oriented and personalized ethics emerging from the recognition of that human being's absolute, unconditional and unconditioned dignity.For this very reason, the good expected to be found in all medical actions must benefit those who entrust the care of their lives to us, instead of devolving upon society, or the State, or the intermediary mercantilist entities.These ideals and principles have not changed; and they should not change by effect of positive laws, since this would tergiversate the very foundations of the medical vocation: a vocation that binds us with our professional duties in search of the 'Full well-being" of patients, which means assuming an ethical responsibility for our actions with no hesitation whatsoever, or because we are being intimidated by external pressures. We cannot go on excusing negligence in the performance of any such duties on the grounds of the failures of a medical attention system that, not to say always, however in most cases, ignores the dignity of both the patient and the medical doctor. Se hace un somero análisis del deterioro de la práctica de la medicina, debido a la introducción de instituciones mercantilistas como intermediarias entre el paciente y el médico, instituciones cuyo fin es, en primer lugar, la ganancia económica. Frente a este deterioro, se afirma que la esencia de la vocación médica y del quehacer del médico en particular, y de todas las profesiones en el campo de la salud, en general, es el servicio a la persona humana, inspirado en la ética personalista que surge del reconocimiento de la dignidad absoluta, incondicional, de dicha persona humana, razón por la cual el bien buscado en todas y cada una de las acciones médicas tiene que recaer en quien nos confía el cuidado de su existencia, no en la sociedad, ni en el Estado, ni en las entidades mercantiles intermediarias.Estos ideales, estos principios, no han cambiado ni pueden ser cambiados por leyes positivas, pues sería tergiversar los fundamentos mismos de la vocación médica, vocación que nos obliga al cumplimiento de los deberes profesionales en la búsqueda del "bien pleno" del paciente, asumiendo sin vacilaciones la responsabilidad ética de nuestras acciones, sin dejamos intimidar por presiones externas. No podemos excusar la negligencia en el cumplimiento de esos deberes en las fallas de un sistema de atención médica que desconoce en muchas oportunidades, por no decir casi siempre, la dignidad del paciente y la del médico.