Artículo de revista
Law, legitimacy and equality the bureaucratization of religion and conditions of belief in Indonesia
Fecha
2014-07Registro en:
2389-8232
Autor
Künkler, Mirjam
Institución
Resumen
Secularity in the sense of a social imaginary, an appreciation for the differentiation between religious and political authority, and the acknowledgement of religious plurality surely exist. While, like Senegal and Turkey, Indonesia is a Muslim state that is in the process of translating democracy into its own institutional legacies and of crafting its own brand of democratic religion-state relations, it is probably unique as a case where, although religious and political authority is separated, citizenship is tied to religion. This implies that one’s declared religious affiliation determines the type of religious education and personal law one will be subject to. And there is more: religions are in some ways highly regulated by the state. As the author will argue in the following, in an effort to subsume all social and civic life in the two post-independence authoritarian regimes (1945-1965 and 1965-1998) to the twin goals of political order and economic growth, state bureaucrats sought to ‘modernize’ religion and thereby highly bureaucratized it. Religion in post-independence Indonesia was not only made ‘manageable’ but also put into the service of government policy. La laicidad, como imaginario social, como atención hacia la diferenciación entre autoridad religiosa y política y reconocimiento de la pluralidad religiosa, en la Indonesia de la post-independencia sin lugar a dudas existe. Si, por una parte – tal como Senegal y Turquía – Indonesia es un Estado islámico a punto de introducir la democracia en su sistema institucional tradicional y de elaborar un modelo propio de las relaciones religión-estado en sentido democrático, por otra parte es el único Estado en el que la ciudadanía está relacionada con la religión, aunque religión y autoridad política estén separadas. Esto implica que la pertenencia religiosa determina el tipo de educación religiosa y el “derecho de la persona” al cual uno está sometido. Además, las religiones están, pues, fuertemente reglamentadas por el Estado. Tal como subraya la autora en este artículo, con la intención de englobar toda la vida social y civil en los dos regímenes autoritarios de la post-independencia (1945-1965 e 1965-1998) para llegar al objetivo del orden político y del crecimiento económico, los burócratas estatales han intentado “modernizar” la religión, burocratizándola profundamente. En la Indonesia de la post-independencia, la religión no solo ha sido convertida en “manejable”, “accesible”, sino también ha sido entregada al servicio de las políticas del Gobierno.