dc.identifier | Snaider, Patricia Perla, 2012. Generación de cartografía necesaria para la posterior identificación de paisajes vulnerables realizada a partir de imágenes satelitales. En: Foschiatti, Ana María H, ed. Escenarios vulnerables del Nordeste Argentino. Resistencia: Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Universidad Nacional del Nordeste, p. 59-93. ISBN 978-950-656140-6. | |
dc.description.abstract | Al referirse a los paisajes Burel y Baudry
(2002) sostienen: “El cambio es una característica
intrínseca de los paisajes, no se trata de
impedir los cambios sino de controlar sus ritmos, sus
trayectorias”. Por su parte, Sancho Comins
(1996: 179) escribe “El tiempo acompaña al paisaje.
Cada segundo se vuelve irrepetible, siendo precisamente
ese cambio el que lo mantiene vivo”. Durante
dicho proceso de cambio todos los paisajes
se convierten en áreas vulnerables. Todo
espacio geográfico es susceptible a sufrir
cambios en mayor o menor medida, ya sean
éstos naturales u ocasionados por el hombre
y sus actividades, y para poder registrar dichas
modificaciones a lo largo del tiempo
primeramente es necesario inventariar el estado
actual de los paisajes por lo cual es preciso
contar con una cartografía de paisajes a
modo de catálogo y de cara a un diagnóstico.
Tal como lo menciona Eduardo Martínez
de Pisón (2006: 1) “el paisaje es cambio, tiene
dinamismo, evolución, tiempo […]”. Ese cambio,
que en principio es imperceptible, luego se lo
empieza a notar cada vez más cerca: los paisajes
comienzan a degradarse o a “desfigurarse”.
“Ante este escenario, resulta imperioso tomar
decisiones: antes de intervenir sobre un paisaje hay
que conocerlo, analizarlo, estudiarlo, saber cómo funcionan
sus elementos para actuar adecuadamente sobre
ellos en un futuro” (Snaider, 2010 a: 197).
Ramírez Juidías (2006), en su trabajo
sobre Inventario y Cartografía del Paisaje,
sostiene que: “Primero es preciso conocer bien toda
el área de estudio. Luego, hay que aprender a comprenderla,
a entender el porqué de sus lomas, de sus
valles o de sus ríos, a relacionar las formas con sus
mantos buscando los diversos vínculos y asociaciones
que proporcionan el carácter de toda la composición, a
investigar la razón de sus cultivos, praderas y baldíos,
estudiando sus orígenes […].
Pero a medida que se producen cambios
en los paisajes, afortunadamente “también
evolucionan las herramientas, las técnicas y las metodologías
para perfeccionar la calidad de la evaluación
del paisaje. Un ejemplo de ello es el desarrollo de la
percepción remota en sus variadas formas, incluyendo
a la fotografía aérea y a las imágenes satelitales.”
(Naveh y Liberman, 2001:138). Una de las
ventajas de la teledetección es que “permite
abarcar vastos espacios geográficos que el ojo humano
no podría percibir simultáneamente de un solo vistazo
[…] y permite un análisis de los elementos, unidades
y tipos de paisaje” (Burel y Baudry, 2002: 56).
Por lo antes señalado es que hemos accedido
al análisis de los paisajes a través de la
interpretación visual de imágenes satelitales
de alta resolución espacial y de libre acceso a
través de Internet (Google Earth).
Los geógrafos nos abocamos a estudiar
la distribución espacial de los paisajes, su dinamismo
a lo largo del tiempo y sus posibles
áreas vulnerables, y para ello se genera una
cartografía en la que se identifican las características
intrínsecas de cada paisaje. Esta cartografía
es la información de base para posteriores
análisis y estudios de un espacio geográfico
determinado, de cara a identificar y
detectar las áreas con vulnerabilidad ambiental,
en combinación con el tratamiento de
las variables pertinentes para tal fin. | |