Tesis
Evaluación del riesgo de infecciones parasitarias intestinales en poblaciones infanto-juveniles de Argentina: el impacto de los factores ambientales y socio-económicos en su distribución geográfica
Autor
Cociancic, Paola
Institución
Resumen
Las parasitosis intestinales provocadas por protozoos y helmintos constituyen las infecciones más comunes entre las enfermedades infecciosas desatendidas. Afectan a millones de personas en el mundo, principalmente a la población infantil de países en vías de desarrollo. Los parásitos intestinales se transmiten a través del agua y alimentos, así como también por contacto con el suelo, mascotas y objetos contaminados con las formas infectantes. De este modo, las enteroparasitosis se ven favorecidas por los factores socio-económicos de vulnerabilidad como la falta de servicios de agua potable y de red cloacal, los inadecuados hábitos higiénicos de la población y el acceso limitado a la educación y salud. Asimismo, los factores ambientales, tales como la temperatura, precipitación y características del suelo, juegan un rol importante en la transmisión parasitaria. Al respecto, el clima puede afectar directamente la supervivencia y dispersión de los parásitos, y el uso del suelo puede influir en la carga parasitaria.
La presente investigación se basó en el concepto de “Una Salud” que establece una interdependencia entre la salud humana y la sanidad animal que se encuentran vinculadas al ambiente en el cual coexisten. De este modo, la hipótesis del estudio tuvo en cuenta que la distribución de los parásitos intestinales en poblaciones de Argentina está determinada por los factores ambientales y socio-económicos presentes en el entorno de las poblaciones. Para testear esta hipótesis, se propuso realizar un diagnóstico territorial de estas infecciones en poblaciones infanto-juveniles pertenecientes a diferentes eco-regiones de Argentina, a fin de identificar áreas vulnerables a la presencia de las enteroparasitosis y los patrones de distribución de las mismas en el territorio nacional.
El estudio abarcó diferentes sitios de muestreo de las provincias de Buenos Aires, Chubut, Entre Ríos, Formosa, Mendoza y Misiones, seleccionadas como representantes de la variabilidad ambiental y socio-económica del país. El tipo de estudio fue transversal e incluyó a 3937 niños y jóvenes de ambos sexos (50,5% mujeres y 49,5% varones) menores de 14 años de edad. El número de participantes y el año del relevamiento fueron diferentes entre provincias: Buenos Aires (n = 1411; 2005-2008 y 2010-2016), Chubut (n = 377; 2010-2013 y 2017), Entre Ríos (n = 268; 2010-2012), Formosa (n = 114; 2014), Mendoza (n = 752; 2008-2011) y Misiones (n = 1015; 2005-2008).
El estudio comenzó con encuentros bajo la modalidad de taller para adultos, niños y jóvenes en instituciones educativas y centros comunitarios y de salud con la finalidad de generar espacios de intercambio con la población sobre la biología y estrategias de prevención de las parasitosis. Posteriormente, se realizó el diagnóstico parasitológico a los individuos que participaron voluntariamente del estudio mediante técnicas de concentración. Las parasitosis halladas fueron evaluadas junto a los factores ambientales, socio-económicos y a los enteroparásitos presentes en perros de compañía. De este modo, la presente tesis resultó organizada en cuatro capítulos que se detallan a continuación.
En el Capítulo I (apartado 1.A) se evaluaron las parasitosis intestinales diagnosticadas en las poblaciones infanto-juveniles, así como también las diferencias de parasitosis observadas entre las provincias examinadas. Al respecto, se halló que el 67% de los individuos analizados estuvo parasitado. Se hallaron 17 especies parásitas, siendo las más prevalentes Blastocystis sp., Enterobius vermicularis y Giardia lamblia. Entre los geohelmintos, los ancylostomideos (Ancylostoma duodenale/Necator americanus) y Strongyloides stercoralis fueron los más frecuentes seguidos de Ascaris lumbricoides y Trichuris trichiura. El parasitismo múltiple fue mayor respecto del monoparasitismo (53,3% y 46,7%, respectivamente) y hasta un máximo de ocho especies parásitas fue observado en un mismo individuo. Respecto del análisis entre las provincias examinadas, se halló que la prevalencia de parasitosis fue mayor en Misiones (82,1%) y Formosa (78,1%), seguidas por Buenos Aires (66,8%), Mendoza (61,8%), Entre Ríos (58,6%) y Chubut (38,7%). Los valores de riesgo de infección parasitaria fueron más altos en Misiones (OR = 7,2) y en Formosa (OR = 5,6) respecto de Chubut. Asimismo, los valores de prevalencia de protozoos y helmintos fueron altos en Formosa y Misiones, y bajos en Chubut. En particular, los geohelmintos también fueron más prevalentes en Misiones y Formosa, y estuvieron ausentes en Chubut.
En el Capítulo I (apartado 1.B), la evaluación de las técnicas copromicroscópicas indicó que Ritchie fue la técnica más sensible para el diagnóstico de Blastocystis sp., G. lamblia y Entamoeba coli respecto de la técnica FLOTAC Pellet con las soluciones flotantes de sulfato de zinc (SF3) y de cloruro de sodio (SF2). Por el contrario, las técnicas FLOTAC Pellet fueron más sensibles para el diagnóstico de Hymenolepis nana. Los valores predictivos negativos fueron mayores a 92% y los índice Kappa mostraron mayormente una concordancia considerable entre técnicas. Por otra parte, la técnica de escobillado anal detectó un mayor número de individuos parasitados por E. vermicularis seguida por SF3 y SF2.
En el Capítulo II se evaluó la asociación entre las parasitosis y las variables ambientales relacionadas a la temperatura y precipitación (variables bioclimáticas bio1-bio19, temperaturas mensuales mínimas, medias y máximas, y precipitaciones mensuales) y variables relacionadas al terreno (pH del suelo, altitud, índice de vegetación de diferencia normalizada −NDVI− e índice de vegetación mejorado −EVI−). Para complementar los datos obtenidos de las variables relacionadas al terreno, se clasificaron imágenes satelitales para generar mapas de uso/cobertura del suelo de los sitios relevados. Asimismo, se crearon mapas de prevalencia de las parasitosis para visualizar los valores de cada infección sobre el mapa de la variable ambiental que representó un factor de riesgo de infección parasitaria. A partir de estos análisis, se determinó que la alta prevalencia de parasitosis en las poblaciones analizadas de Misiones y Formosa se corresponde con las condiciones ambientales más favorables para la transmisión parasitaria. Los factores ambientales que estuvieron relacionados con la infección por enteroparásitos fueron: la temperatura media de los meses de verano, la bio3 (isotermalidad), la bio8 (temperatura media del trimestre más húmedo) y el NDVI. El análisis de NDVI junto con el de los mapas de uso/cobertura del suelo mostró que los suelos de las provincias de Misiones y Formosa, conformados principalmente por vegetación alta vigorosa y vegetación baja de uso agropastoril, reflejan el ambiente más adecuado para la transmisión de ancylostomideos.
En el Capítulo III se analizaron las parasitosis intestinales y las variables socio-económicas de cada provincia. De este modo, se halló que las condiciones de vulnerabilidad presentes en las poblaciones analizadas estuvieron relacionadas a una mayor infección parasitaria. Los resultados mostraron que los niños de ambos sexos entre 5-9 años y los varones de todos los grupos etarios estuvieron generalmente más parasitados. Entre los factores que estuvieron relacionados a un mayor riesgo de infección parasitaria se encuentran: las viviendas construidas con materiales precarios y pisos de tierra, la falta de agua de red, cloacas y recolección pública de residuos; el hacinamiento, el compartir cama, y el nivel educativo básico y la inestabilidad laboral de los padres. Asimismo, la relación existente entre las parasitosis y los factores socio-económicos de vulnerabilidad fue evidente a través de un análisis de distribución geográfica que mostró que las parasitosis fueron más frecuentes en áreas no urbanas de una de las poblaciones analizadas de Buenos Aires, donde las familias habitaban viviendas que generalmente estaban construidas con materiales precarios, sin acceso a los servicios básicos (agua potable, cloacas y recolección de residuos), con hacinamiento y a menos de 150 m de un curso o cuerpo de agua.
En el Capítulo IV se llevó a cabo la evaluación de las enteroparasitosis diagnosticadas en perros y su importancia en la salud pública considerando también la problemática parasitológica y los factores socio-económicos de la población que convive con ellos. Del total de perros analizados, el 82,1% estuvo parasitado. Se hallaron 11 especies parásitas, siendo las más prevalentes A. caninum, Uncinaria stenocephala, T. vulpis y Toxocara canis, todas con importancia zoonótica. El 67,8% de los niños y jóvenes convivientes con las mascotas estuvo parasitado por al menos una especie parásita. Se hallaron 11 especies, siendo las más prevalentes Blastocystis sp., E. vermicularis y G. lamblia. El riesgo de infección parasitaria en los individuos analizados estuvo relacionado principalmente a prácticas de higiene insuficientes como no lavarse las manos luego de tocar a las mascotas y comerse las uñas, y a factores socio-económicos como habitar casas con anegamiento frecuente y tener padres con un nivel educativo primario.
Los resultados alcanzados en el presente trabajo dieron cuenta de la heterogeneidad en la distribución de las parasitosis intestinales en concordancia con la variabilidad ambiental y socio-económica que caracteriza al territorio de la Argentina. En general, la mayor frecuencia de parasitosis se observó en las poblaciones del noreste (Misiones y Formosa). Las altas temperaturas, la isotermalidad y el mayor índice de vegetación observados en estas provincias, constituyen factores que favorecen la infección parasitaria en aquellas poblaciones que simultáneamente están sometidas a condiciones socio-económicas de vulnerabilidad. Este conjunto de variables provee un escenario epidemiológico que contribuye a la transmisión de protozoos y al desarrollo de huevos y larvas de helmintos en estos ambientes. En contraste, los factores ambientales observados en Chubut, principalmente bajas temperaturas y suelos áridos con poca vegetación, limitarían la transmisión de las parasitosis intestinales aun en poblaciones que presentan características socio-económicas de vulnerabilidad. Facultad de Ciencias Naturales y Museo