dc.description | Por lo general, el término Internet de las Cosas se refiere a escenarios en los que la conectividad de red y la capacidad de cómputo se extienden a objetos y sensores de reducidas dimensiones y escaso poder de cálculo, permitiendo que estos dispositivos generen, intercambien y consuman datos con una mínima intervención humana. En la Internet tradicional, la interoperabilidad es el valor esencial; o sea el primer requisito de una buena conectividad a Internet es que los sistemas “conectados” deben poder “hablar el mismo idioma” en cuanto a protocolos y codificaciones. La interoperabilidad eficaz y bien definida, puede fomentar la innovación y ofrecer eficiencias a quienes fabrican dispositivos, aumentando así el valor económico total del mercado. IoT implica vincular dispositivos, que en muchos casos nunca se han conectado antes, o al menos no en otra cosa que no sea una red cerrada y especializada. En un entorno totalmente interoperable, cualquier dispositivo de la IoT se podría conectar a cualquier otro dispositivo o sistema e intercambiar información si así lo desean. La interoperabilidad, los estándares, los protocolos y las convenciones son temas fundamentales en el desarrollo y la adopción temprano de los dispositivos de la IoT. También implica administrar esos objetos y desarrollar aplicaciones para que hagan cosas juntas que nunca podrían hacer solos. Entonces, los productos de diferentes proveedores eventualmente tendrán que hablar el mismo idioma, en algún nivel. El Internet Engineering Task Force (IETF) es una de las más importantes entidades de estandarización de los protocolos de Internet. Como tal y desde hace unos años, ha venido generando varios protocolos para IoT. En esta comunicación se revisan estos nuevos potocolos como así también los grupos de trabajo donde fueron creados. | |