| dc.description.abstract | Según la Real Academia de la Lengua el confinamiento es una Pena por la que se
obliga al condenado a vivir temporalmente, en libertad, en un lugar distinto al de su
domicilio. Tomando en cuenta este significado, en el confinamiento está implícita la
obligación, la decisión de los demás, el alejamiento del hogar, aunque aparentemente se
cuente con la libertad. De una forma más amplia y ya en el sentido humano, el
confinamiento conlleva encierro, es cumplir con los límites impuestos por otros, es
mantenerse bajo el control de esos mismos otros, que son los que tienen el poder. En lo
conceptual involucra una construcción social que de acuerdo al momento político,
filosófico y social se ha ido direccionando para cumplir distintos objetivos. En este
sentido el teórico social francés Michel Foucault su libro Historia de la Locura en la época
clásica (1967), capítulo “El Gran Encierro”, nos habla como en el siglo XVII a partir del
surgimiento de las instituciones para marginados, se desarrolló la locura. Así la institución
que cumplía el papel de confinar personas pobres, incapaces de trabajar o con falta de
valores éticos cumplía el propósito de evitar que los indeseables transiten y sean visibles
en las calles y a la vez creaba nuevas formas de existir en el mundo (Foucault, 1967:84).
En estas reflexiones sobre el encierro a los diferentes se inscribe la presente investigación.
Me interesan particularmente las instituciones que acogen a los ancianos que no
pueden ser atendidos en sus hogares, ya que como veremos más adelante el mundo actual
no está pensado en función de las necesidades de los adultos mayores. De ahí que siendo
el ancianato el lugar donde se desarrollan las vivencias de un grupo social, cumple el rol
de control y normatividad de los cuerpos de los adultos mayores | |
