Tesis
El rol del auditor ante el nuevo status del fair value : tres miradas diferentes del mercado
Autor
Moreno, Pablo
Institución
Resumen
Tomando como referencia el trabajo de graduación principal: “La evolución de la
contabilidad hacia el fair value: ¿cuál será el rol del auditor?”, el objetivo principal de
esta extensión es investigar acerca de cuál es la opinión y apreciación de tres profesionales
de diferentes ámbitos que interactúan en el mismo ecosistema, sobre los cuatros desafíos
concluidos anteriormente, y su influencia en el rol del auditor hoy día.
Para ello, se optó por realizar un trabajo de carácter cualitativo y descriptivo, ya que lo que
se buscó fue profundizar las ideas, involucrando una gran riqueza interpretativa, y
contextualizando el fenómeno. Adicionalmente, se utilizaron fuentes primarias para la
recolección de datos, como son las entrevistas personales a profesionales con diferentes
perfiles, en busca de obtener miradas distintas, sesgadas por el backround de cada
interlocutor y de este modo enriquecer el trabajo de graduación principal.
Luego del trabajo de campo realizado, se detectaron grandes coincidencias entre los
entrevistados, así como también algunas discrepancias. Estas últimas, se deben mayormente
a que cada profesional proviene de un ámbito distinto con intereses generales similares
(reflejar fielmente la realidad de las compañías, complementando sus labores entre sí), pero
con diferentes necesidades.
De este modo, concuerdan sobre la existencia de los cuatro desafíos concluidos en la tesis
principal (especialización, training permanente, uso de expertos, habilidad para lidiar con
estimaciones y evidencias subjetivas), agregando que todos ellos son importantes y se
encuentran fuertemente interrelacionados.
Respecto al primer desafío, el enfoque del auditor postula que la especialización es un issue que se encuentra presente en todos los estudios más allá del tamaño del mismo y del fair value. Adicionalmente, coincide con la perspectiva del ente regulador acerca de que la principal diferencia entre estudios pequeños y grandes no es la especialización, sino el tipo de clientes que atienden junto con la complejidad y alcance de las operaciones de los mismos (un claro ejemplo son los clientes multinacionales, los cuales operan en varios
mercados). Empero, ambos consideran que este desafío podría afectar a los estudios
pequeños a la hora de “pegar el salto” para convertirse en un gran estudio, dado los
recursos que ellos implica. Desde el enfoque del mercado, la especialización limita el
alcance de los trabajos de los estudios más pequeños, ya que impide que sean competitivos
respecto de las Big Four.
En lo que hace al training permanente, las tres miradas aconsejan que debiera estar
regulado. Asimismo, la capacitación debería ser periódica y el órgano responsable podría
ser el Consejo Profesional de Ciencias Económicas. Lo interesante en este punto son las
sugerencias emitidas por cada profesional, ya que representan fielmente el ámbito en que
desarrollan su profesión: El auditor, menciona que esta práctica es llevada a cabo en
estudios como las Big Four, donde exigen cierta cantidad de horas anuales de capacitación.
El ente regular, sugiere que por un lado, el profesional es quien debería autoevaluarse y
buscar actualizarse constantemente; por otro lado, remarca la importancia de que exista un
sistema de reválida de título para reforzar el training. El mercado, preocupado por el riesgo de contratar a un auditor desactualizado, refuerza la importancia de profesionales
entrenados en las nuevas normativas, las cuales proponen cada día temas más complejos.
Sesgados por sus perfiles y su backround, si bien los entrevistados coinciden en que
independientemente del uso del trabajo de expertos, la responsabilidad es siempre del
auditor, discrepan en sus justificaciones. Desde la apreciación del auditor, es natural que
un equipo de auditoria sea multidisciplinario, por lo cual agregar un especialista en fair
value sumaria un experto, sin delegar ningún tipo de responsabilidad. En el caso del ente
regulador, este enfatiza la importancia de que el profesional conozca y entienda la
metodología utilizada para las valuaciones, así como también tenga presente el criterio
ético ya que hay temas que exceden su incumbencia profesional. La visión del mercado,
acentúa que dado que la empresa (el cliente) no puede ocuparse de gestionar a todos lo
especialista, es el auditor el responsable de emitir una única opinión y tomarla como propia.
En relación a las estimaciones y evidencias subjetivas junto con la existencia de
herramientas suficientes para que el auditor pueda realizar su trabajo razonablemente, los
tres interlocutores disienten entre sí. El enfoque del auditor destaca la necesidad de normas más claras y simples junto con mayor capacitación por parte de los profesionales para las valuaciones a fair value. Por otro lado, el ente regulador, afirma que el auditor siempre lidió
con estimaciones y que sí cuenta con las herramientas suficientes (tal como la NIC 8) para validar la metodología utilizada. El mercado, defiende la postura de que son las compañías
quienes debieran realizar las estimaciones, y el auditor tendría que validar la razonabilidad de las mismas y confiar en ellas.
Por último, los desafíos futuros postulados por cada profesional resultan extremadamente
interesantes: desde el ámbito de auditoría, contamos con el desafío de tener normas más
claras, precisas y genéricas en lo que respecta al fair value. Desde la óptica del ente regulador, propone la ética profesional y el control de calidad como dos cuestiones para
tener presentes en el futuro. El mercado, a diferencia de las dos visiones anteriores, postula
el reto de contar con auditores que tengan la capacidad de distinguir entre el trabajo que
pueden hacer ellos, lo que deben delegar en expertos, y sobre qué cuestiones deben confiar en el cliente.