dc.description.abstract | La evolución abarca una cantidad de conceptos, planteamientos teóricos, conflictos religiosos, dogmas de fe y hallazgos científicos. Se destaca primordialmente que los parámetros básicos universalmente aceptados de la teoría evolutiva son la selección natural por medio de la supervivencia del más apto y los mecanismos que han permitido la permanencia de nuestra especie biológica sobre el planeta. Los mamíferos, los homínidos, el Homo Sapiens y sus dientes no escapan a la influencia de estos fenómenos. La antropología se ha encargado de estudiar al hombre desde sus orígenes hasta nuestros días a través de una serie de herramientas entre las cuales se destaca la cultura, el lenguaje y la vida social, elementos que nos hacen selectivamente diferentes al resto de animales del planeta. De la primera surge la antropología dental, rama que adquiere carácter propio y estudia el diente primitivo desde aquellas placas de origen dérmico de algunos cordados del período Ordovícico (hace 460 millones de años) hasta la evolución de los dientes del hombre moderno, los cuales simplifican su morfología a razón del medio ambiente, hábitos y tipo de dieta. En la organización de la dentición humana se observan procesos de adaptación y especialización. Una tendencia característica en la evolución de los dientes, documentada por fósiles homínidos, certifica una involución de ésta, evidenciada en la pérdida de terceros molares, incisivos laterales superiores y en menor grado segundos premolares inferiores. Son estos estudios los que permiten determinar la morfología dental y clasificarla de acuerdo a la variabilidad y a la presencia/ausencia; rasgos morfológicos y odontométricos que determinan el sexo, la edad y la filiación racial y ancestral entre otros, de cualquier ser humano, primitivo o actual. | |