Minerales asbestiformes en pasivos mineros de talco en el área del Cordón del Peñasco, Mendoza
Autor
Lescano, Leticia
Marfil, Silvina Andrea
Sfragulla, Jorge
Bonalumi, Aldo
Maiza, Pedro
Resumen
En la Precordillera y Cordillera Frontal (provincias de Mendoza y San Juan) existen depósitos de talco de calidad y dimensiones variables. Esta característica y el desarrollo minero ha posicionado a la provincia de Mendoza como la máxima productora de talco a nivel nacional (80%-90%), con 125 yacimientos y minas ubicados en la faja de rocas básicas y ultrabásicas, con reservas que superan el millón de toneladas (Fallet y Zanoni, 1999). En algunos yacimientos de talco, la presencia de asbestos condiciona la explotación comercial debido a su peligrosidad (Van Gosen et al. 2004) tanto para los operarios como para los usuarios de estos materiales. Los minerales con morfologías asbestiformes son distintas variedades de anfíboles (crocidolita, amosita, tremolita, actinolita, antofilita) y crisotilo (variedad de serpentina) (OSHA, 1992). La Organización Mundial de la Salud (OMS/WHO) y la Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency - EPA) de EEUU consideran que las fibras de anfíboles asbestiformes son carcinógenas y que la exposición durante un período de tiempo, desarrollan enfermedades pulmonares malignas (ATSDR 2001). Si bien Ross et al. (1993) concluyeron que no todas las formas de asbestos son nocivas para la salud, los anfíboles son los más agresivos al organismo debido a su menor solubilidad en los fluidos corporales ya que no pueden ser eliminados fácilmente del cuerpo (van Oss et al., 1999). En Argentina, a partir del año 2000, según resoluciones del Ministerio de Salud (Rodríguez, 2004), se prohibió la producción, importación, comercialización y uso de fibras de asbestos, variedades anfíboles, crisotilo y productos que los contengan. La peligrosidad de estos minerales se incrementa a medida que las fibras desarrollan longitudes mayores a 5 micrones (con mayor incidencia en las ≥10 µm) y diámetros menores a ~1,5 µm (con mayor incidencia en las <0,4 µm). Estos valores corresponden al límite superior del tamaño de fibra que podría inhalarse y penetrar en las vías respiratorias en humanos. Si bien a nivel internacional el tamaño de fibras asbestiformes debe presentar estos valores para ser consideradas nocivas, en Argentina el criterio adoptado se basa en los límites estipulados por la WHO (1986) para el rango de partículas respirables (l > 5 μm, l/d ≥ 3:1 y d < 3 μm). Teniendo en cuenta esta prohibición y la potencial presencia de morfologías asbestiformes en menas de talco, es importante realizar estudios mineralógicos – morfológicos, en afloramientos y escombreras. La mayoría de las exploraciones y explotaciones en las que los minerales asbestiformes participan de la mineralogía y fueron perturbados por el laboreo minero, dejan un pasivo ambiental que progresivamente incrementa su peligrosidad debido a la acción de los procesos exógenos por lo que deberían tomarse los recaudos para remediarlos.