Cuando terminé el último ciclo en la Escuela Profesional de Ingeniería Económica, me sentía muy motivado, pero al ingresar al mercado laboral fue fácil discernir que existía una gran brecha entre nosotros los demandantes de un puesto de trabajo y la oferta laboral existente. Esta brecha era más palpable si buscabas un puesto a nivel profesional donde ejercer y aplicar los conocimientos aprendidos. De manera paralela a mis estudios universitarios, administraba un pequeño negocio de alquiler de autos que contaba con seis unidades de propiedad de mi padre. La labor consistía en organizar los contratos, llevar los inventarios de entrega y recepción; y, elaborar reportes mensuales de ingresos por conceptos de alquiler y servicios, reportes de egresos por mantenimiento mecánico y conservación de las unidades (planchado y pintura), de gastos en teléfono, papelería, propaganda, entre otros. Como resultado de los registros contables correspondientes, se determinaban las utilidades. Debo reconocer que esta experiencia me enseñó bastante en cuanto al trato y servicio al cliente, identificarlos y ver sus cualidades, características y qué aspectos despertaban su interés al negociar la tarifa y la cantidad de días alquilados. También aprendí bastante de mecánica y mantenimiento de los autos. El negocio fue decreciendo por las facilidades de compra de unidades y la apertura de las importaciones de autos usados (timón cambiado), lo que en mucho determinó que gran parte de nuestra cartera de clientes optara por comprarse una. Dicho fenómeno económico nos obligó a cambiar de rubro, para lo cual preparamos y vendimos las unidades del negocio, incursionando en el mundo de las “combis”, dando servicio de pasajeros y a su vez, comenzamos a importar y vender este tipo de unidades, actividades que por aquel entonces fueron un boom y reportaban buenas ganancias. Lamentablemente el tema de las “combis” implicaba un alto riesgo al tratar con conductores y cobradores del medio, los que por lo general, son personas de poca cultura y valores. Lo que se manifestaba en la irresponsabilidad al manejar (ebrios, con licencias falsas, cometían irresponsablemente faltas que llevaban a la imposición de papeletas y después buscaban otras combis con las que trabajar porque las autoridades sancionaban a la unidad en vez de multar al infractor, entre otros) y además la falta de honestidad al liquidar las operaciones diarias era muy deprimente y por último la conservación de la unidad era pésima por los maltratos, choques y cambios de piezas de la que eran objeto. Las unidades se depreciaron rápidamente, bajando ostensiblemente sus utilidades. Este último episodio me “cortó las alas” como independiente, obligándome a buscar un trabajo dependiente en el mercado laboral. Con entusiasmo presenté mi currículum vitae a la Cía. de Seguros Sulamérica. Luego de una entrevista con el Gerente de Personal fui contratado como ajustador de siniestros de automóviles, un cargo de rango medio con una remuneración atractiva para un joven que comenzaba como empleado de una gran empresa. Al principio el trabajo me pareció mecanizado, con procedimientos repetitivos. No tardé en involucrarme con ellos, y tratar de optimizarlos informándome de los precios que el mercado pagaba por los diferentes trabajos de reparación a las unidades siniestradas. Mi constancia, responsabilidad y honestidad en el trabajo dio al poco tiempo sus frutos, así, Pacifico Peruano-Suiza Cía. De Seguros, empresa líder del mercado asegurador peruano me convocaba, mejorándome mis condiciones de trabajo. Con esta oportunidad se abría un nuevo horizonte que daba respuesta a muchas de mis inquietudes respecto a los métodos de cuantificación de siniestros de automóviles: mano de obra de planchado, pintura y mecánica, entre otros costos. Asistí a cursos de capacitación que me enseñaron la forma y manejo de tablas horas hombre y su aplicación. Estas tablas y métodos eran de modelos extranjeros. Con la experiencia adquirida pudimos adaptarlos junto con mis compañeros, adecuándolas a nuestra realidad. Los conocimientos adquiridos en la UNI me han permitido elaborar con criterio algunos estudios y propuestas para la gestión empresarial y que detallo en esta monografía. El objetivo de este trabajo es describir los aportes de la función del ajustador en la construcción de indicadores de control de riesgos que contribuyan a mejorar la gestión empresarial de una compañía de seguros que ente otros, opera en el ramo de seguros vehículares.Trabajo de suficiencia profesional