dc.description.abstract | La capacidad recursiva del ser humano está en el origen del posicionamiento del discurso
científico como modelo de explicación ejemplar y válido de los hechos y de los fenómenos; y es
también esa misma capacidad la que se despliega en las estrategias justificatorias que fundan
ideales reguladores para el conocimiento tales como la "racionalidad" o la "objetividad". Esa
reflexión de "segundo orden" que intenta mantener a resguardo su neutralidad respecto de los
distintos discursos que hará objeto de su análisis no es otra cosa que el producto del movimiento
intimo de la inteligencia humana, la reflexión sobre la reflexión misma La epistemología regula
de eete modo a las ciencias, pero procurando disimular con mayor o menor éxito la facticidad de
sus cánones. Esto ha sido objeto de discusión y revisión a partir de la segunda mitad del siglo XX
y la epistemología testimonia desde ese momento una crisis de la concepción racionalista de la
ciencia. Lo que esa crisis socava son los cimientos mismos, los supuestos subyacentes
(ontológicos, metodológicos y semánticos) de la ciencia, y permite detectar en el origen de las
teorías junto a la laboriosa obra de la razón; toda clase de cosmovisiones; intereses diversos;
prácticas más o menos avaladas; representaciones del mundo, en definitiva, la historia y la
cultura como un elemento más de la heuristica.
Esta crítica reconocida y aceptada por la epistemología del siglo XX es, sin embargo, la que
proviene ya sea de sus propias filas o de la historia o la sociología de la ciencia; mientras que
esta s mismas filas se cierran cuando el análisis y el cuestionamiento procede de, por ejemplo, la
fenomenología, la hermenéutica o el pos-estructuralismo. Salvo excepciones como la de
Hacking, no es habitual encontrar en la bibliografía de los escritos sobre epistemología mención
alguna a Gadamer, Foucault o Ricoeur. Esto no constituye más que el sígno de una cierta ceguera
disciplinaria que hace que a veces en dos tradiciones diferentes se estén tratando
simultáneamente problemas semejantes, y ante la diversidad de lenguajes se ve entorpecido el
diálogo.
Bajo el convencimiento de que este diálogo resultará fructífero y de que en realidad sólo hay
que fomentarlo es que me interesa presentar en este trabajo, por un lado, la crítica merleaupontyana
a la epistemología y, por otro,rescatar algunos de los motivos por los cuales esta crítica
está siendo revalorizada por ejemplo en la obra de Ch. Taylor. | |