Evento: Fundación Orquesta Sinfónica del Estado Mérida/ Concierto Sinfónico Día de la Tierra
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Sábado 05 de mayo 2012
Aula Magna 7 pm Notas Al Programa
La naturaleza como expresión primaria de armonía, constituye el piso fundamental de todo el pensamiento filosófico de Occidente. La mirada crítica de los griegos hacia la naturaleza permite que el mundo comience a contarse a partir de las ciencias y de las artes.
Bajo esta óptica, la música como espacio de representación de la armonía, va de la mano con la naturaleza pues sólo en ella se expresa ese equilibrio.
Este concierto es un llamado a recordar y recobrar la armonía que a través de los sonidos nos devela la presencia de la Tierra.
La Sinfonía nº 4 en Si bemol mayor de Ludwing van Beethoven (1770-1827) escrita en 1806 es considerada una su más apacibles obras. Consta de cuatro movimientos. Comienza con una melodía lenta, creadora de una atmósfera de misterio, que termina con el Allegro Vivace. El segundo movimiento, de carácter lírico se basa en dos hermosas melodías presentadas por los violines y luego por los clarinetes.
El tercer movimiento, impregnado de un aire ligero, da paso al último movimiento cuya aire optimista llena de vida el final.
Conocido como uno de los violinistas virtuosos del siglo XIX, Henryk Wieniawski (1835–1880) constituyó uno de los mayores compositores de la escuela romántica polaca. El Concierto No. 2 en Re menor, Op. 22 para Violín y orquesta, fue estrenado por el mismo en 1862. La obra, combinación poética entre inspiración y virtuosismo, fue depurada por él durante ocho años. Estructurada en tres movimientos, inicia con la aparición de dos apasionados temas que se intercalan entre el solista y la orquesta. El segundo movimiento, trae una íntima romanza que rememora uno de los temas del primer movimiento. El final, un Allegro con fuoco, recoge las características de una Zíngara reapareciendo hacia su término, el tema del primer movimiento.
En 1946, Evencio Castellanos (1915-1984) compone un poema sinfónico inspirado en el poema de Andrés Eloy Blanco El Río de las Siete Estrellas, donde utiliza elementos presentes en cantos de algunas etnias venezolanas.
De manera simbólica, en el texto se asocia a Venezuela con el Orinoco, y se narran episodios que van desde el descubrimiento hasta la independencia, a través de las siete estrellas de la antigua bandera nacional. Narra la historia en la cual el legendario volcán La Parima era el refugio diurno de las estrellas que alumbraban el cielo durante la noche y que en la madrugada, ellas volvían una a una a su interior. La primera de las siete estrellas simboliza el descubrimiento como una tragedia latinoamericana, la segunda la evangelización, la tercera ilustra los sucesos que van desde el 19 de abril de 1810 hasta el 5 de julio de 1811. La cuarta representa la caída de la Primera República, la quinta simboliza a la Segunda República y la sexta la Tercera República. La séptima y última estrella es la Batalla de Carabobo. (Ver Juan de Dios López. “El Río de las Siete Estrellas de Evencio Castellanos. Una visión política de la historia de Venezuela”. En Música enclave. Revista Venezolana de Música. Vol. 2 No. 2, 2008). Gobernación, ULA, FEDEORQUESTA, FUNDECEM, Alcaldía del Municipio Libertador, DIGECEX Carolina Muñoz Domingo 11 am Facultad de Ciencias Foréstale
Auditorio \"Alí Primera\" Carolina Muñoz, carolina.dppd@gmail.com A todo el publico Entrada Libre Solistas: Andrés Telles (Violín)
Director Invitado: Maestro Pablo Castellanos Fundación Orquesta Sinfónica del Estado Mérida.