dc.description.abstract | Las políticas sociales y culturales((Como afirma Beatriz Sarlo: “Tuvo lugar la creación de la cátedra de ‘educación cívica y moral’ en la escuela secundaria así como la erradicación de las matemáticas modernas y de la gramática estructural por ser portadoras del convencionalismo del pensamiento moderno en oposición a las verdades reveladas de la fe”.)) implementadas por y durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1983) se hallaron signadas por la violencia de sus prácticas, tanto en el plano de lo simbólico:((Siguiendo a Bourdieu, entendemos que la violencia simbólica es la imposición de sistemas ideológicos, simbolismos y significados, por parte de la clase dominante, sobre grupos o clases dominadas, de modo que tal dominación se conciba como legítima, naturalizándose.)) censura, manipulación y tergiversación de los discursos, banalización de los medios masivos de comunicación, difusión de slogans que promovían un modelo de país((“(...) la canonización de la ideología dominante basada en Dios, Patria y Familia: discurriendo todo el tiempo sobre lo que es decente y normal (...).” Corbatta, Jorgelina: Narrativas de la guerra sucia en Argentina. Ediciones Corregidor, Buenos Aires, 1999, pp. 83.)) (“los argentinos somos derechos y humanos”, “el silencio es salud”); como en el plano de lo material, es decir, la acción directa sobre los cuerpos: la perversión de la tortura, de la muerte, de las desapariciones, del exilio. | |