Olvido y memoria en la Historia de la Monja Alférez, doña Catalina de Erauso, escrita por ella misma

Abstract

Esta investigación surgió de la lectura de un manuscrito que en realidad no menciona directamente a Catalina de Erauso.Se trata de una relación sobre una expedición realizada a las “provincias de Tipuane, Chunchos1 y otras muchas que de ellas se siguen del gran reino de Paytite”2 escrita por el soldado Juan Recio de León, que data de 1623. El manuscrito da cuenta de una de las expediciones que se realizaron en la región que constituye actualmente el norte del departamento de La Paz, Bolivia, en busca deloroque atrajo el interés de la Corona y de muchos soldados ávidos de riquezas en el Nuevo Mundo. El interés por conocer quién fue este soldado español me llevó a consultar fuentes que me brindaran mayor información. El soldado Recio de León, quien dedicó años a la conquista en diferentes territorios del sur del continente americano, sirvió a la Corona desde su llegada a las costas de Araya(en la actual Península de Cariaco, en Venezuela), cuando participó en la expulsión de los holandeses, quienes pretendían apoderarse de las salinas de ese lugar. Entre otros, destaco dos campos de acción de este soldado: uno, en la provincia de los pacajes, donde reorganiza las mitas e incluso es nombrado protector de los pacajes (Glave, 1993: 10; Arellano, 2011, s.p.); otro, en las expediciones y en la repoblación que realizara en Tipoane y otras localidades, en el norte del actual departamento de La Paz. El propósito central de esta tesis es reflexionar sobre el lugar que ocupa Catalina de Erauso, en sus diferentes identidades, desde su voz y desde la voz de otros, en la memoria. Se trata de un ejercicio de recuperación de aquello que la historiografía o la literatura sobre esta mujer dejó opacado por el énfasis icónico desplegado por un discurso interesado en resaltar rasgos de una figura que es reconocida como transgresora, extraña, curiosa, digna de ser recordada por sus actos. Para ello me apoyo en las reflexiones teóricas de Paul Ricoeur y Hans Georg Gadamer, quienes apuntan al lugar de la memoria —espontánea, inconsciente o a veces dirigida o manipulada— y el olvido —voluntario e involuntario— para reconocer lo que la historia convoca. Reflexiono también sobre cómo Catalina de Erauso logra conquistar un espacio públicoque le había sido negado por ser mujer por medio de la construcción de una identidad que le permite circular por diferentes ciudades y acciones propias del sexo masculino correspondientes al mundo colonial,transgrediendo de esta manera el rol de género que la sociedad colonial le había trazado en su condición de mujer. A la vez, he querido detenerme en su paso por Charcas, sin una pretensión historiográfica, sino reconociendo algunas huellas de su paso por el territorio colonial que hoy comprende Bolivia.