| dc.description | Hace veinte y cinco años el Gobierno del Ecuador creó una nueva dependencia: la Junta Nacional de Planificación y Coordinación Econ6mica. Al hacerlo, las autoridades de entonces tenían más en mente, la conveniencia de disponer de un mecanismo de preparación de proyectos que facilitase el acceso al financiamiento externo, que la necesidad de establecer orden y previsión en la política económica. Por lo mismo, cuando la Junta abrió sus puertas era, sin duda, una incrustaci6n extraña en un sistema de decisiones que seguía en lo substancial las rutinas heredadas de la época del “dejar hacer” en que yacíamos desde los albores del siglo. Por varios años la Junta vivió precariamente; sin ingresos propios financiada por el Banco Central del Ecuador, en cuyos dirigentes encontró un apoyo indeclinable. La constituía un puñado de funcionarios agrupados alrededor de la figura señera de un viejo maestro ecuatoriana, don Leopoldo N. Chávez. Con constancia y dedicación fue abriéndose campo, encontrando su propio camino en la maraña de una administración que no entendía la razón de ser de la planificación ni le interesaba entenderla…… | |
