El ciclo de hibridación - diferenciación
Autor
Ledyard Stebbins, George
Resumen
Un cuerpo de evidencia abrumador, que ha sido acumulado durante los últimos cuarenta años, ha convencido a casi todos los estudiosos serios de la dinámica evolutiva, de que la velocidad y dirección de la evolución están gobernadas por cuatro procesos básicos: mutación, recombinación genética, selección natural y aislamiento reproductivo. Dos de estos, mutación y recombinación genética, forman una reserva de variabilidad genética dentro de las poblaciones; mientras que los otros dos, selección natural y aislamiento reproductivo, canalizan la variabilidad genética en tipos adaptativos diversos y sistemas de poblaciones distintivos, explicando por eso la jerarquía de razas, especies, géneros y categorías más elevadas, a las que reconocemos como el resultado de la evolución.<br />
Además, la mayoría de los evolucionistas concuerdan en que las velocidades de evolución pueden variar considerablemente de un grupo a otro. Así también, una sola línea evolutiva puede en algún período de su historia evolucionar muy rápidamente y en otros momentos permanecer estable y constante, con poco o ningún cambio evolutivo por períodos que duran millones de años. La opinión predominante de la mayoría de los evolucionistas contemporáneos es que los períodos de evolución rápida se deben a la acción muy intensificada de la selección natural, siguiendo generalmente al aislamiento de parte de una población en un nuevo habitat. Sin embargo, ellos creen que la provisión de variabilidad genética por mutación y recombinación es, no obstante, un proceso gradual. Por otra parte, la evidencia reunida por el Dr. Edgar Anderson, Dr. Friediich Ehrendorfer, y otros, incluyéndome (Anderson, 1953; Anderson y Stebbins, 1954; Ehrendorfer, 1958, 1960; Stebbins, 1950), indica que todos los procesos evolutivos varían considerablemente en su velocidad e intensidad. En particular, las perturbaciones drásticas de los ambientes previamente estables, reúnen poblaciones que anteriormente estaban aisladas entre sí y que tienen propiedades adaptativas diferentes. Si ellas están lo suficientemente emparentadas, pueden entonces hibridarse. Salvo que sus híbridos sean completamente estériles o inadaptados, el resultado de tal hibridación es formar rápidamente nuevos “pozos génicos” que contienen una reserva considerablemente aumentada de variabilidad genética. Conferencia pronunciada por el Dr. Ledyard Stebbins, en ocasión de las ‘'Sextas Jornadas Argentinas de Botánica”, realizadas por la Sociedad Argentina de Botánica en la Universidad Nacional de La Plata, y a las cuales asistiera especialmente invitado por la Comisión de Investigación Científica de la provincia de Buenos Aires.