dc.contributorDOMINGUEZ GARCIA, MA. VICTORIA; 85954
dc.contributorLaguna Camacho, Antonio
dc.contributorBedolla Barajas, Martín
dc.creatorCEBALLOS JUAREZ, ROSSELIN GABRIELA; 776743
dc.creatorCEBALLOS JUAREZ, ROSSELIN GABRIELA
dc.date2018-11-08T18:17:49Z
dc.date2018-11-08T18:17:49Z
dc.date2018-09-18
dc.identifierhttp://hdl.handle.net/20.500.11799/95055
dc.descriptionAntecedentes: Una preferencia alimentaria implica una situación de elección y se refiere a cuál de entre dos o más alimentos puede ser elegido, diferenciándose del gusto en que la preferencia hace referencia a una respuesta afectiva a los alimentos. En tanto, la aversión alimentaria, es el rechazo o evitación de determinado alimento que incluso llega a percibirse como un estímulo desagradable; ambos sucesos se pueden relacionar con la composición corporal y por lo tanto la salud y calidad de vida van a depender, en gran medida, de estas decisiones. Ignorar estos aspectos puede provocar el fracaso de los proyectos de intervención sobre pautas alimentarias de una determinada población. Objetivo: Asociar las preferencias o aversiones alimentarias con la composición corporal. Material y Métodos: Estudio de tipo transversal analítico que se realizó en estudiantes de cualquier licenciatura de las facultades de Medicina y Química de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx). A cada estudiante se le aplicaron cuestionarios para detectar preferencias y aversiones alimentarias, medir la frecuencia de consumo de alimentos, actividad física, consumo de alcohol y tabaco, así como ansiedad y depresión; además, análisis de composición corporal mediante bioimpedancia eléctrica, para obtener el índice de masa corporal, el porcentaje de grasa corporal y el porcentaje de músculo esquelético. Resultados: Los alimentos con mayor preferencia y aversión fueron las comidas caseras (38.3%) y las verduras (37.2%), respectivamente. El sabor fue el motivo más influyente con mención en más del 90% de las preferencias y aversiones alimentarias. Las preferencias alimentarias se asociaron positivamente con el IMC (OR = 5.30; p = 0.005). Los estudiantes con mayor IMC tuvieron mayor frecuencia de preferencias que de aversiones alimentarias (p = 0.030). El consumo de alcohol estuvo asociado positivamente con la aversión alimentaria (OR = 2.31; p = 0.031). Conclusión: el tener exclusivamente una preferencia alimentaria es un factor de riesgo para la obesidad. Por otra parte, las aversiones alimentarias son un factor protector para la obesidad. Se propone que esta evidencia, sobre las preferencias y las aversiones alimentarias en estudiantes universitarios, podría aplicarse al diseño de intervenciones nutricionales para combatir la obesidad.
dc.languagespa
dc.publisherUniversidad Autónoma del Estado de México
dc.rightsopenAccess
dc.rightshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0
dc.subjectPreferencias alimentarias
dc.subjectaversiones alimentarias
dc.subjectcomposición corporal
dc.subjectCIENCIAS SOCIALES
dc.titleMotivos de preferencias o aversiones alimentarias y su relación con la composición corporal
dc.typeTesis de Maestría
dc.typemasterThesis


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