Articulo
Casas de corrección : Capítulo 3, 2ª parte
Autor
Howard, John
Institución
Resumen
Si nuestras casas de corrección siguen estando tan descuidadas, se continuará enviando a las prisiones del condado a los condenados a trabajo forzado, lo que terminará con los esfuerzos de los guardias dispuestos a aplicar la ley sobre la preservación de la salud de los prisioneros, y para liberarlos, más que para multarlos, desparramando la enfermedad a toda la sociedad.
Es chocante constatar que una prisión representa una amenaza para la moral, la salud y a menudo para la vida misma de los condenados, que sólo han sido condenados a trabajo forzado y a corrección. Un bastardo, un ebrio o una ladrona menor que no tuvieron nunca la oportunidad de recibir lecciones de moral, enviados a una casa de corrección por uno o dos años, tendrán que enfrentarse a la holgazanería, al hambre, a la mugre, y vivir en compañía de personas despreciables. Si la casa de corrección no es segura, se los enviará a una prisión del condado, con una compañía peor, los criminales irrecuperables. ¿Buscaríamos destruirlas? Muchos pueden dar la fecha precisa en la que esos condenados abandonaron totalmente todo principio de virtud o de honor: es la fecha de su encierro en las escuelas de la maldad.
Cada condado, cada ciudad debería, primeramente, asegurarse que su casa de corrección está adaptada para ese destino. Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales